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Graciano Palomo

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El avance de Rivera

Ante la corrupción emerge la figura del líder de Ciudadanos. Si contase con un engranaje partidario tan sólido como el que tiene el Partido Popular, sería presidente en un pispás

Foto: El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, durante su intervención en la sesión de control al Gobierno en el Congreso. (EFE)
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, durante su intervención en la sesión de control al Gobierno en el Congreso. (EFE)

Nunca agradecerá lo suficiente Albert Rivera a los Granados, González, Correa, Blesa, Rato los esfuerzos espúreos de estos personajes para consolidar a Ciudadanos que, con gran inteligencia y oportunidad, ha hecho de la lucha contra la corrupción el principal 'leitmotiv' de su existencia.

Todo coadyuva a su favor; a nadie puede extrañar que sigan avanzando a paso firme en los sondeos. Ni que las nuevas generaciones que no son de izquierdas encuentren en Rivera el nuevo líder posible.

Naturalmente, tiene contradicciones –Rivera y su partido– pero son asuntos menores frente a la orgía de noticias sobre corrupción que inundan la formación que pretenden sustituir como principal referente del centro derecha.

Nada más hay que ver cómo se vehiculan las encuestas en la decisiva ciudad de Madrid casi por mera incomparecencia del PP que está 'grogui'

¡Se lo estamos poniendo a huevo!, gritaba desaforado la semana que termina un alto dirigente popular. Nada más hay que ver cómo se vehiculan las encuestas en la decisiva ciudad de Madrid, donde la auténtica jefa de la oposición es Begoña Villacís, casi por mera incomparecencia del PP que está 'grogui'. Con buenas formas y maneras, habilidad en el requiebro y algún estudio sobre asuntos que interesan a los sufridos (y paganos) madrileños, la lideresa naranja se lo está montando. Y me alegro.

Por si fuera poco, Rivera y su muchachada se enfrentan sin complejo alguno al entramado 'político/militar' podemita, que es la gran bicha para un alto porcentaje de la sociedad española aunque se considere de izquierdas.

Definitivamente, si Albert tuviera un engranaje partidario tan sólido como el que cuenta el Partido Popular, sería presidente en un pispás.

¡Quizá en Zarzuela sonreirían de nuevo!

Nunca agradecerá lo suficiente Albert Rivera a los Granados, González, Correa, Blesa, Rato los esfuerzos espúreos de estos personajes para consolidar a Ciudadanos que, con gran inteligencia y oportunidad, ha hecho de la lucha contra la corrupción el principal 'leitmotiv' de su existencia.