Atresmedia tiene un plan

Ahora que el panorama audiovisual español –como en todo el mundo civilizado– empieza, de nuevo, con las inevitables convulsiones que alumbrarán nuevos horizontes y nuevas realidades, los sambenitos duran menos que una Champions en los pies del Real Madrid.

Siempre dije que los éxitos son cosa exclusivamente de líderes porque no es lo mismo tener a uno que a otro en el puesto de mando. Lo podemos ver claramente en Atresmedia, por un lado, y en 13TV, por otro. La cara y la cruz. El mercado es el mismo y las oportunidades exactamente iguales, salvando, claro está, algunas distancias.

Cuando se produjo la fusión Antena3-La Sexta (que venía de un fracaso más que descriptible) muchos se llevaron las manos a la cabeza y entendieron que la segunda se llevaría a la primera por delante. Silvio González y Javier Bardají han sabido conjugar una pluralidad en el nuevo conglomerado (Atresmedia) con resultados económicos y de público que resultan incontestables: 129 millones de beneficio neto, un 30% más que en el ejercicio del 2015. Frente a hechos sobran los argumentos. Pastorear un conglomerado variopinto de canales con un hilo conductor común solo es cosa de profesionales cuyo valor no se supone. ¡Aprende, Barriocanal!

Bardají pilota la división televisiva de la Corporación. Lo tienen meridianamente claro: contenidos propios para operar y para exportar. Punto. Es el futuro. Produce y vende. Punto. Sus series de ficción arrasan en Italia ('El Secreto de Puente Viejo') donde, por ejemplo, es emitida por Mediaset con más de cuatro millones de espectadores. 'Velvet' enloquece a los chicos de Movistar pero también vende a Televisión Española. Bardají quiere ser la primera referencia de contenidos de España e Iberoamérica. Lo del soporte al final es lo de menos.

¡Una cierta idea de la televisión! Lo dicho: frente a hechos no caben argumentos.