EFE, cuestión de Estado

Hace unos días el presidente ruso, Vladimir Putin, reunía en San Petersburgo a los presidentes de las diez agencias informativas más importantes del mundo. Entre ellos se encontraba José Antonio Vera, actual presidente de la Agencia EFE.

Hasta puedo entender que unos dirigentes políticos que no ven más allá de su respingona nariz (básicamente porque desprecian todo cuanto ignoran) no calibren en lo que vale disponer como elemento de Estado de un medio informativo como la Agencia EFE, sólidamente asentada en un territorio idiomático y cultural que abarca a más de 600 millones de personas frente a los 200 que, por ejemplo, cubre France Press. La agencia pública gala recibe del Estado 130 millones de euros frente a los 39 de EFE y…bajando. Son las dos únicas agencias de información globales de titularidad pública porque el resto de las grandes son ya de capital privado como Reuters, AP, o la DPA alemana.

EFE está presente en más de 120 países de todo el mundo y tiene oficinas en más de 200 ciudades del globo

Quizá el único jefe de gobierno que supo entender en toda su profundidad a EFE fue Felipe González, precisamente por su inveterada afición iberoaméricana.

Ahora, según me informan, pretenden cooptar a su máximo responsable vía “concurso” como si se tratara del festival eurovisivo o de encontrar a 'miss' Ribera del Duero. EFE está presente en más de 120 países de todo el mundo y tiene oficinas en más de 200 ciudades del globo. Hay algo que también se ignora: el 60 por ciento de su presupuesto se cubre mediante contratos privados por el suministro de información.

Alguien me dirá que insistir en lo obvio conduce directamente a la melancolía. ¡Y tanto!