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El fin de un imperio: la pérfida Albión, KO
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Graciano Palomo

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El fin de un imperio: la pérfida Albión, KO

En esta situación, Bruselas gana. Europa vence. UK es hoy un enorme conjunto de despojos que baila a un son descompasado y locoide

Foto: La primera ministra británica, Theresa May. (EFE)
La primera ministra británica, Theresa May. (EFE)

Parece mentira que la sociedad catalana no esté tomando nota de lo que ocurre en el Reino Unido de Gran Bretaña. Los que se van, pierden. Se acabó.

Todos los 'inputs' que llegan de UK vienen a confirmar que el viejo imperio británico que impuso su 'way of life' por el ancho mundo ha pasado al rincón de la Historia. Tanto en lo que se refiere a los 'inputs' macro como los micro. La decisión de abandonar la Unión Europea, olvidando que son una isla, les perseguirá mientras vivan las generaciones que han hecho posible el Brexit.

El mismo hecho de que la otrora admirada Scotland Yard tardara cinco días en identificar el cadáver de nuestro compatriota Echeverría viene a significar que las cosas han cambiado en esa legendaria tierra y que sus líderes no terminan de enterarse de lo que ocurre en el mundo. ¡Para que luego digan que los liderazgos no importan! ¡Vaya si importan!

A los españoles nos interesa mucho lo que ocurre en UK porque hay muchos de nuestros conciudadanos que se ganan la vida ahí y casi medio millón de británicos nos visitan cada año.

Tengo para mí que, si la praxis y el sentido de la realidad sigue latiendo en aquellas convulsas islas, el nuevo gobierno debería hacer caso a Tony Blair y replantear un nuevo referéndum para la vuelta al seno de la Unión Europea. Porque no van a poder combatir solos el terrorismo yihadista y porque su nivel de vida no podrá mantenerse aislándose pese al petróleo del Mar del Norte. Es más, ni siquiera Su Majestad lo podrá ser de todos los territorios que ahora pastorea.

El mundo nunca se fió mucho de la lealtad de los británicos. Pero es que ahora ni los británicos se fían de sí mismos.

En esta situación, Bruselas gana. Europa vence. UK es hoy un enorme conjunto de despojos que baila a un son descompasado y locoide. Ni siquiera saben a esta hora quién será su primer ministro.

En este contexto, en efecto, Gibraltar podría estar más cerca. Visto lo visto, nada es imposible en este mundo de los inicios del siglo XXI.

Parece mentira que la sociedad catalana no esté tomando nota de lo que ocurre en el Reino Unido de Gran Bretaña. Los que se van, pierden. Se acabó.

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