Convertir la catedral de Barcelona en huerto ecológico

Habrá que convenir que la muchachada de la CUP, que es la que domina el cotarro en Cataluña, tiene ocurrencias de gran divertimento. Además de educar a los hijos 'made in tribu', propone ahora que se expropie la catedral de Barcelona para hacer una escuela de música, un economato de bienes de primera necesidad y en sus jardines (si los hubiera), un huerto ecológico.

Tienen imaginación y gran talento estos chicos (/as) que campan por sus respetos en aquel territorio y han puesto el corazón en la glotis a esa burguesía catalana, tan opípara y maleable que asiste desconcertada a lo que está ocurriendo en el otrora “paraíso” catalán.

Supongo que el cardenal Omella habrá tomado buena nota del asunto. Me sorprende que se hayan quedado ahí y no hayan propuesto que el templo de la Sagrada Familia pase a convertirse en museo de Buenaventura Durruti; quizá porque todavía está inacabada y hay que meter en el inmueble mucha pasta.

Me sorprende que se hayan quedado ahí y no hayan propuesto que la Sagrada Familia pase a convertirse en museo de Buenaventura Durruti

En Aragón, el alcalde podemita quiere que la catedral de La Seo pase a titularidad municipal, supongo también que para exhibir los tesoros artísticos del Monasterio de Sijena que la Generalitat de Cataluña se niega a devolver.

La jerarquía eclesiástica, siempre tan equidistante y acobardada, asiste encogida y balbuceante a los ataques que recibe; quizá porque históricamente ha sido en los momentos de acoso cuando más ha crecido la Iglesia de Cristo.

Creen que poniendo la otra mejilla retumbarán las trompetas de Jericó. Y mientras, su líder actual solo está para establecer diálogo con el Altísimo. E incluso cortar la mano que les da de comer.