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Graciano Palomo

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Aquelarre en San Fernando

El minuto de gloria en la declaración de Rajoy fue para el casi octogenario Benítez de Lugo, con un sainete que cuesta dinero al contribuyente y que no visualiza nada serio que llevarse a la boca

Foto: El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, presta declaración como testigo en el 'macrojuicio' de corrupción de la trama Gürtel. (Reuters)
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, presta declaración como testigo en el 'macrojuicio' de corrupción de la trama Gürtel. (Reuters)

El circo mediático montado en la sede de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares tiene un director, según fuentes del palacio de la Moncloa: el juez José Ricardo de Prada, quien, tras convencer al otro colega del Tribunal —contra la opinión del presidente Ángel Hurtado—, consiguió que el tribunal llamara a su presencia al primer ministro en ejercicio. ¡Con un par! Dicen también que este hecho le ha producido uno de esos orgasmos judiciales imposibles de tabular. ¡Se lo ha ganado!

A mí, sinceramente, no me ha parecido mal que el jefe del Gobierno acuda a sede judicial a deponer sobre las cuestiones que le pregunten; ahora bien, al socaire de ese hecho se han visto muchos plumeros con plumas coloradas.

Foto: Mariano Rajoy, ayer, en todas las televisiones. (Reuters)

A De Prada, ese pícnico funcionario público con toga y cara de torta de aceite, que tras su paso por los juzgados de Bilbao dicen que sufre el síndrome de la “caída de Damasco”, le tienen tomado el número entre sus colegas de la Audiencia Nacional. Este funcionario que cobra del Estado, se desplaza en coche oficial y utiliza todas las mamandurrias que su puesto le ofrece por cuenta de los contribuyentes, cree que ese mismo Estado “tortura” a presuntos terroristas. Supongo tendrán datos para ello. No lo dudo. Pero mi sorpresa es que él, tan orondo, continúa cobrando dinero “ensangrentado” (supongo) de ese Estado asesino y torturador. No sé si ello supone hacerse cómplice de las presuntas torturas.

Le vi, majestuoso, ahí, al lado de Hurtado, sin decir palabra, aunque supongo que con los efluvios corriendo por sus venas. En realidad, Mariano Rajoy acudió a San Fernando de Henares porque el propio presidente quiso. Es decir, lo quiso por la pasmosa pachorra que le ha hecho famoso.

Benitez de Lugo podría haberse dedicado 'full time' a la política y hubiera quedado mejor. Se comportó como un agitador político por cuenta ajena

Dentro de este sainete que cuesta dinero al contribuyente para que al final no se visualice nada serio que llevarse a la boca, el minuto de gloria fue para el casi octogenario Benítez de Lugo. Le conozco y me dio una inmensa pena personal verle actuar por cuenta de otros cuando su acaudalada existencia no merecería otra cosa, por muy marxista que se declare, a nivel teórico, claro, que sopitas y buen vino. Porque pasta tiene en cantidad. Por ejemplo, es vecino de Rajoy en una de las zonas más privativas de Aravaca, lo que viene a significar que ha ganado 'jurdó' a raudales. Me parece de perlas.

Benitez de Lugo podría haberse dedicado 'full time' a la política y hubiera quedado mejor. Se comportó como un agitador político por cuenta ajena. Ya sabemos que fue alto cargo con Felipe González, al que nunca pidió explicaciones por los asesinatos de los GAL, la inmensa corrupción de aquella época, el secuestro de Segundo Marey ni la malversación de caudales públicos en cantidades industriales.

José Mariano Benítez de Lugo ofreció la imagen del típico abogado farsante. ¡A sus casi 80 años! Acudió suplicante al directorio del Colegio de Abogados de Madrid cuando el PP decidió dar a conocer que su hijo, podemita de filiación y militancia, está imputado por infringir, presuntamente, daños al Patrimonio. ¿Es verdad o no es verdad ello?

Foto: El abogado de ADADE, Mariano Benítez de Lugo, durante el juicio a Rajoy por la Gürtel (EFE)

Nada tiene de extraño que Rajoy se desternillase de risa ante un oponente tan vacuo. Cuando le espetó que quizá se había confundido de testigo el presidente le estaba recordando a Felipe González, ante quien el letrado siempre levitó de admiración. Felipe González, ya expresidente, fue llevado también al Tribunal Supremo en calidad de testigo por malversación de caudales y secuestro. ¿Alguien recuerda alguna pregunta del abogado del PSOE? Por si fuera poco, también Pedro Sánchez estaba encabronado con él… En efecto, Rajoy se les fue vivo y… coleando.

Por una vez, el presidente habrá entendido que la mejor defensa es el ataque. Tengo mis dudas acerca de que vaya a cundir el ejemplo. No acaba de entender Rajoy que estamos en tiempos de posverdad.

El circo mediático montado en la sede de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares tiene un director, según fuentes del palacio de la Moncloa: el juez José Ricardo de Prada, quien, tras convencer al otro colega del Tribunal —contra la opinión del presidente Ángel Hurtado—, consiguió que el tribunal llamara a su presencia al primer ministro en ejercicio. ¡Con un par! Dicen también que este hecho le ha producido uno de esos orgasmos judiciales imposibles de tabular. ¡Se lo ha ganado!

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