Palo Alto
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Nos espera una vuelta caliente, caliente
Dirigentes políticos esperan al mes de septiembre para movilizar a las masas y elaborar estrategias efectivas, después del resultado que algunos han obtenido en el reciente estudio del CIS
Me llegan noticias de que la última encuesta –conocida– del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha llenado de ardor guerrero a los dos principales líderes de la izquierda española, llámense Pedro Sánchez y al unísono Pablo Iglesias. Según ese estudio de coyuntura la izquierda podría empujar el vagón hacia el poder, naturalmente, previo desalojo del poder de su actual inquilino, Mariano Rajoy. Este asunto lo abordaremos en un 'palo' diferente esta misma semana.
Lo caliente no está referido a lo que ocurra en el Parlamento donde lo normal y hasta saludable es que se repartan hostias como panes. Para eso les pagamos; entre otras cosas para que nos diviertan un poco. Cuando escribo “caliente” lo hago pensando en lo que significó el término durante los primeros años de transición democrática, esto es, cuando la calle se convertía en un rompeolas de todas las inquietudes, protestas, asignaturas pendientes y también, por qué no, de todas las estupideces propias de una sociedad insatisfecha y vacua.
Hay muchos vectores que son susceptibles de movilizar a las masas, aunque esas masas sepan que van a ser utilizadas en beneficio propio
Por ahí van los tiros en el próximo septiembre y hasta finalizar el muy agobiante 2017. Iglesias prepara con los sindicatos de siempre –CCOO y UGT– protestas callejeras y a ser posible algaradas, a las que tienen, por supuesto, todo el derecho, siempre y cuando transcurran por cauces que respeten al mismo tiempo los derechos y las libertades del resto de los ciudadanos. Pese a que la mejora de la situación económica y laboral es manifiesta –la propia ministra de Empleo, Fátima Báñez, pide a los empresarios una subida de salarios, que es el talón de Aquiles de la economía y de lo social, que estoy seguro se producirá en breve.
Pero hay otros muchos vectores que son susceptibles de movilizar a las masas ,aunque esas masas sepan cabalmente que van a ser utilizadas en beneficio propio. La cosa está clara; la política en gran manera es eso. Subirse a la ola que surge o puede crearse. No hay que engañarse. La ola es independentista, secesionista, brutalmente antigua, antihistórica y casposa. Por ahí sí que puede venir el llanto y crujir de dientes.
Me llegan noticias de que la última encuesta –conocida– del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha llenado de ardor guerrero a los dos principales líderes de la izquierda española, llámense Pedro Sánchez y al unísono Pablo Iglesias. Según ese estudio de coyuntura la izquierda podría empujar el vagón hacia el poder, naturalmente, previo desalojo del poder de su actual inquilino, Mariano Rajoy. Este asunto lo abordaremos en un 'palo' diferente esta misma semana.