Lo del genio de Pucela

Cuando Pedro Sánchez decidió nombrar a Oscar Puente, alcalde de Valladolid, para el decisivo puesto de portavoz oficial del PSOE, alguien de esa misma dirección me dio el queo: "Atento que este dará muchas tardes de gloria".

No he tardado mucho tiempo en darle la razón. Antes de irse al privativo hotel de Puente Romano en Marbella (500 euros diarios en el mes de agosto) y presumir de ello, el señor portavoz socialista dijo que las cosas que suceden en Venezuela se están sobredimensionando por la prensa española. ¡Hace falta tener caradura! Claro que las cosas se ven de otra forma tumbado en las mullidas hamacas del mencionado hotel marbellí donde no pueden soñar siquiera pernoctar ni una noche el 95% de la población venezolana.

Él sigue ahí, en Marbella, tostándose mientras los hermanos venezolanos que no tienen pan, ni libertad, ni futuro le parecen una exageración

Naturalmente que cada uno es muy libre de gastarse su dinero en lo que le venga en gana. Incluso aunque ese dinero provenga de las arcas públicas. Lo que no es de recibo es predicar una cosa y hacer en la vida privada justamente lo contrario.

Al señor Puente, al que Pedro Sánchez todavía no ha cesado, le deben importar una higa las carencias de alimentos en aquel país; le traen al pairo los presos políticos y le parece una bagatela los más de 130 asesinados por motivos políticos del régimen de Maduro. Él sigue ahí, en Marbella, tostándose como nécora al sol mientras los hermanos venezolanos que no tienen pan, ni libertad, ni futuro le parecen una exageración.

¿Va a poder transitar con normalidad por la vida pública española a partir de ahora? Tengo mis dudas.