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Cuando ninguna universidad española está entre las 200 mejores
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Graciano Palomo

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Cuando ninguna universidad española está entre las 200 mejores

Muchos estudiantes emigran a destinos internacionales para estudiar un grado. Para encontrar una universidad española con algunas condiciones de excelencia hay que irse al puesto 236

Foto: Estudiantes esperan en la facultad de Odontología de la Universidad Complutense de Madrid para el inicio del curso. (EFE)
Estudiantes esperan en la facultad de Odontología de la Universidad Complutense de Madrid para el inicio del curso. (EFE)

Como sucede con casi todo lo serio que ocurre en España la noticia ha pasado prácticamente de puntillas. Interesan más los 'braserillos' que las cosas de comer. Al grano.


El último informe del “Academic Ranking of World Universities” (más conocido como Informe Shanghai) confirma que España no tiene ninguna universidad –ni pública ni privada– entre los 200 centros de enseñanza superior mejores del mundo. ¡Un desastre! Porque el mundo se zambulle hoy en el talento o, por el contrario, en el erial.

Foto: Ránking de las mejores universidades del mundo. (Reuters)

España está entre los veinte países más avanzados económicamente del mundo y no se entiende que en ese ranking no tenga ninguna universidad entre las 200 primeras. Hay que recordar que tenemos un total de 81 centros (50 de titularidad pública y 33 privados) distribuidos en 243 centros presenciales y 113 no presenciales.

La cosa ha ido y va a peor. ¿Qué sucede? La titularidad de las comunidades autónomas acentúa el problema. Nepotismo generalizado, “sindicación” acelerada, hacen que la exigencia académica haya bajado notablemente y el nivel de los docentes esté por los suelos. Es falso que estén mal dotados económicamente los centros. El gasto público es ya desorbitado, sobre todo, si tenemos en cuenta los resultados de investigación fehacientes. La gran cantidad de centros públicos –muchos creados al socaire de los intereses políticos y 'ad hominem' de los propios políticos– permite a los estudiantes sin recursos con buenos expedientes académicos continuar sus estudios e incluso hacer carrera universitaria profesional.

De las universidades privadas ni siquiera hablamos. Se han convertido en una fábrica de expedir títulos a cambio de dinero


Este sí es un asunto para el debate político de altura. El dinero se dedica a bagatelas en lugar de destinarlo a la mejora de la docencia y la investigación. Se ha “funcionariado” en el peor sentido del término. Muchos profesores utilizan sus despachos públicos para actividades privadas. Los mejores graduados eligen otros destinos internacionales ante el hecho cierto de que para prosperar cuenta más la filiación política o sindical que el talento.

De las privadas ni siquiera hablamos. Se han convertido en una fábrica de expedir títulos a cambio de dinero. Conozco alguna en Madrid con nombre rimbombante de continente que se merecería alguna investigación en profundidad aunque gaste mucho dinero en publicitarse.

Parece mentira que los dirigentes públicos no se hayan dado cuenta que lo que está en juego es el futuro de las nuevas generaciones y, por ende, el futuro del propio país. El talento huye. Lógico. Para encontrar una universidad española con algunas condiciones de excelencia hay que irse al puesto 236. Les da igual. Los contribuyentes seguimos pagando.

¿Hablamos de corrupción? En breve podré contarles lo que opinan de la universidad española en Harvard, el MIT y en Yale, donde hay españoles que tuvieron que emigrar.

Como sucede con casi todo lo serio que ocurre en España la noticia ha pasado prácticamente de puntillas. Interesan más los 'braserillos' que las cosas de comer. Al grano.

Universidades Gasto público Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT)