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Sobre el hijo de la Tomasa, ¿hay que tomarse en serio las amenazas?
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Graciano Palomo

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Sobre el hijo de la Tomasa, ¿hay que tomarse en serio las amenazas?

El mundo libre tiene un doble reto: poner coto a los asesinos y al mismo tiempo demostrar que nuestro sistema de vida, que no es perfecto, respeta las libertades y el derecho a la vida

Foto: Yassin Ahram Pérez, en una imagen del vídeo distribuido por el Estado Islámico.
Yassin Ahram Pérez, en una imagen del vídeo distribuido por el Estado Islámico.

Traslado la pregunta a los profesionales de la cosa. ¿Hay que tomarse en serio las amenazas de el Cordobés y demás patulea yihadista?

¡Naturalmente que sí! Es la respuesta unánime de policías, agentes del CNI e investigadores del radicalismo y fundamentalismo islámico. También hay coincidencia en el porqué.

Sencillamente, porque en su demencia extremista están dispuestos a inmolarse por lo que consideran su causa justa.

¿Alguien en su sano juicio y al día de hoy puede pensar que esa legión de desalmados no va a intentar golpear masivamente de nuevo?

Acabar con la vida en masa de ciudadanos libres a los que esencialmente interesa la vida es bastante fácil. El mundo libre, infinitamente superior en sus causas, tiene enormes desventajas porque el respeto a los derechos humanos, a las debidas garantías, ofrece flancos imposibles de atajar contra los liberticidas.

El mundo libre tiene capacidad militar suficiente para acabar de un plumazo con todos los califatos habidos y por venir. Pero ese poder tiene límites, porque no se puede entrar a sangre y fuego cuando enfrente hay personas civiles y seres humanos que nada tienen que ver con los fanáticos e incluso padecen la barbarie de los radicalizados.

¿Alguien en su sano juicio y al día de hoy puede pensar que esa legión de desalmados no va a intentar golpear masivamente de nuevo? De nada sirven ya las 'panzerdivisionen', ni las tropas de élite, ni las flotas de submarinos, ni siquiera las brigadas de infantes en orden de combate. Es la guerra pero de otra forma.

Foto: Improvisado memorial a las víctimas en las Ramblas. (EFE)

La justeza del sistema democrático se ha demostrado infinitamente superior a la dictadura de la naturaleza que resulte. Esta es la verdad. De ahí que el mundo libre tiene un doble reto: poner coto a los asesinos y al mismo tiempo demostrar que nuestro sistema de vida, que no es perfecto, respeta las libertades y el derecho a la vida.

Pero ello no significa ser tontos, ingenuos o bobos de baba. Que se lo pregunten a las últimas víctimas y sus familias del 17-A en Cataluña.

Traslado la pregunta a los profesionales de la cosa. ¿Hay que tomarse en serio las amenazas de el Cordobés y demás patulea yihadista?

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