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El Rey en su sitio: las Ramblas
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Graciano Palomo

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El Rey en su sitio: las Ramblas

Si tanto la CUP como ERC no querían a Felipe VI en la manifestación de Barcelona, será por algo. Dio una lección de responsabilidad y valentía en el momento preciso y el minuto justo

Foto: Los reyes depositan una vela en las Ramblas. (Reuters)
Los reyes depositan una vela en las Ramblas. (Reuters)

Talibanes los hay en todas las latitudes. He visto asombrado algunas críticas a la presencia del Rey en la manifestación del sábado 26 en Barcelona. ¿Alguien cree que Somontes y la Moncloa desconocían lo que allí les habían preparado?

Es verdad que cuesta creer en cabeza humana que una concentración para honrar los cadáveres y los heridos pueda ser utilizada para cobrar ventaja política. Cuesta creerlo. Así lo entendió la totalidad de la prensa internacional que, de repente, descubrió a unos bárbaros exaltados a quienes la barbarie yihadista les importa un gargajo.

Aún así, con afrentas, insultos, mereció la pena que el Jefe del Estado estuviera presente. Ya ha habido durante 40 años demasiada incomparecencia de España en aquellas tierras. Si la CUP no quería al rey Felipe y sus paisanos de ERC tampoco, por algo será. Dio una lección de responsabilidad y valentía en el momento preciso y el minuto justo. En la turbulenta historia de los Borbones se ha podido tabular mucho festín de cobardía y acojone. Era la hora de romper con alguna maldición histórica.

placeholder Mensajes durante la manifestación en Barcelona contra los atentados. (EFE)
Mensajes durante la manifestación en Barcelona contra los atentados. (EFE)

Con serenidad, porte, silencio y aguante, Felipe VI entendió cabalmente su rol en horas tan dramáticas. Representa al Estado. Sabe, porque ha estudiado y lee, que no se puede confundir valor y precio. Que detrás de alguna pancarta exhibida por amigos de terroristas hay una enorme multitud de ciudadanos libres y honrados que distinguen lo uno y lo otro, al otro y al uno.

Ganarse el pan día a día. El oficio de un rey constitucional en la actual hora pasa por más sinsabores que estallidos de euforia. No está siendo fácil su reinado. Pedir que esconda la cabeza bajo el celofán me parece que es no entender nada.

Otra es que las que las “afrentas” –que las hubo y las habrá- hay que “considerarlas” en lo que dicen y representan y, sobre todo, tomar nota.

Talibanes los hay en todas las latitudes. He visto asombrado algunas críticas a la presencia del Rey en la manifestación del sábado 26 en Barcelona. ¿Alguien cree que Somontes y la Moncloa desconocían lo que allí les habían preparado?

Rey Felipe VI