Se derrumba el 'souflé': ponga un 'Trapero' en su vida

Casi al mismo tiempo que el jefe del gobierno autónomo catalán, Carles Puigdemont, sacaba pecho en Dinamarca en la inauguración de una nueva 'embajada' en aquel país diminuto, Enric Hernández, director de 'El Periódico' de Barcelona, ultimaba la entrega a sus lectores de un informe de la CIA, fechado en el 26 de mayo pasado, de la posibilidad de un atentado en La Rambla. Escribo esto porque el tal Puigdemont alardeaba de las posibilidades internacionales de la “próxima república catalana”. Puso como ejemplo la eficacia de sus Mossos en el reciente atentado terrorista yihadista.

Con la entrega periodística de Hernández empezaban a caer churretazos del souflé. Tampoco hacía falta, porque las sospechas de “errores” sustanciales corrían a esa hora “urbi et orbi”. Lo realmente curioso es que la Mesa del Parlament, todavía con los cadáveres calientes de los asesinados, concedía condecoraciones a diestro y siniestro a los servidores del orden autónomo catalán.

Hoy, el responsable del citado diario sufre amenazas de muerte y Puigdemont, el conseller Forn, y el 'major' Trapero niegan lo que es una evidencia confirmada también desde Langley. Todo les parece “irrelevantes” dispuestos a lucir sus medallas. Irrelevante las alertas previas; irrelevante los anuncios de Bélgica sobre el imán; irrelevante la sospecha de la juez De la Nuez tras la explosión de Alcanar; irrelevantes los bolardos…Mientras esperaban infructuosamente la autorización a los expertos de la Guardia Civil para arrojar alguna luz sobre los crímenes.

Antes se pilla a un mentiroso que a un cojo. Si intentaron utilizar un atentado que ha costado la vida a 16 personas (por el momento) y arroja más de cien heridos en beneficio de su causa, ahora el mundo entero empieza a llevarse las manos a la cabeza respecto a la fiabilidad de unos responsables políticos que han dejado fotografiarse en paños menores al mismo tiempo que trepaban a la cucaña.

Lo que no puede ser no puede ser y, además, es imposible.

¿Quién manda en Cataluña?