Es noticia
¿Hay vida después de Cataluña?
  1. España
  2. Palo Alto
Graciano Palomo

Palo Alto

Por

¿Hay vida después de Cataluña?

Tenemos problemas de gran calado como para chapotear 24 horas del día en el mismo detritus. Pero aquí lo importante es saber cuándo y cómo los de la CUP han ventoseado por última vez

Foto: Imagen captada de una oficina del INEM en la plaza Ruiz Picasso de Madrid. (EFE)
Imagen captada de una oficina del INEM en la plaza Ruiz Picasso de Madrid. (EFE)

Nadie sabe cómo acabará el llamado “quilombo catalán”. Ni siquiera Leo Messi. Lo único cierto que podemos llevarnos a la boca es que dos millones de independentistas traen en jaque a 47 millones de españoles que solo buscan vivir en paz, tener un trabajo, disfrutar de las libertades y tener una miaja de dignidad para transitar por el vasto y a la vez pequeño mundo.

Pero también es un hecho contrastable que esos dos millones de secesionistas ponen en riesgo lo que persiguen con ahínco el resto de españoles. Como prueba, un pequeño botón: miles de personas sacando el dinero de los bancos para guardarlo bajo la tarima de su casa.

En mi pueblo les preocupa más si va a caer alguna gota para poder sembrar; a otros, si la cosecha de uva les va a permitir cumplir con los pedidos

Tenemos problemas de gran calado como para chapotear las veinticuatro horas del día en el mismo detritus. Una España envejecida sin solución de continuidad; millones de parados todavía condenados al desdoro y la indigencia; emprendedores (suficientemente preparados) que esperan una mínima oportunidad; unas pensiones que no están garantizadas cuando sumen 15 millones de jubilados: una dependencia energética que deja de respirar cada vez que hay un carajal en el Golfo; un vastísimo aparato del Estado improductivo que resulta una rémora histórica para el que realmente curra; una irresuelta reforma de las administraciones; una losa burocrática que desanima… Así hasta llegar a cien.

Pero aquí lo importante (y lo es) es saber cuándo y cómo los de la CUP han ventoseado por última vez. ¡Deprimente!

En mi pueblo –a estas alturas de la peli– les preocupa más si alguna vez va a caer alguna gota de lluvia para poder sembrar; a otros, si la cosecha de uva les va a permitir cumplir con los pedidos que les llegan.

En la vieja, olvidada y maltratada Castilla sabemos casi desde el mismo momento de nacer que una nación es antes que nada la voluntad de vivir juntos. Por ende, hasta somos partidarios de abrir la puerta y engrasar sus goznes con aquellos que deciden echarse al monte.

Nadie sabe cómo acabará el llamado “quilombo catalán”. Ni siquiera Leo Messi. Lo único cierto que podemos llevarnos a la boca es que dos millones de independentistas traen en jaque a 47 millones de españoles que solo buscan vivir en paz, tener un trabajo, disfrutar de las libertades y tener una miaja de dignidad para transitar por el vasto y a la vez pequeño mundo.

Cataluña Paro