Yo también quiero hacer un Puigdemont

No visualizo ahora mismo un Pérez Galdós que relate con la maestría del canario los actuales “episodios nacionales”. Es el pueblo llano el que siempre salvó a la nación en circunstancias dramáticas, aún trágicas, cuando reyes, nobles, generales, burgueses abandonaban el barco poniendo a buen recaudo sus enseres.

Ahora es el ingenio de ese pueblo llano el que se expande y esponja para salvar con humor los muebles que le restan en el desván. Al hilo del 'interruptus' Puigdemont el humor se descaralla.

Yo quiero hacer un Puigdemont cuando Manuela Carmena me pase los recibos del IBI; otro, cuando los furiosos funcionarios de la AEAT me recuerden los plazos para el pago del IVA; otro, cuando mi vecino me recuerde que no puedo tocar el saxo a las tres de la mañana. Pero el que más me pone sería citar al 'president' del flequillo cuando mi banco me llame para recordarle el vencimiento mensual de la hipoteca.

Cuentan que la canciller Merkel ha llamado a Rajoy para anunciarle que ella también se quiere apuntar a la moda Puigdemont. ¡Este tipo es un genio!

Toda España, Cataluña incluida, quiere hacer un Puigdemont. Lástima que no podamos hacérselo al paso del tiempo. Sería una forma de combatir la despoblación que nos amenaza.

Mi prima la del pueblo me llama para anunciarme su Puigdemont. Ha pedido media docena de jamones a una marca de Salamanca pero anuncia que pagará cuando obispos y curas catalanes entiendan que la Iglesia católica no distingue territorios.

Aquí los 'Puigdemont' van a surgir como los níscalos en tiempos de lluvia.

Cuentan que la canciller Merkel ha llamado a Rajoy para anunciarle que ella también se quiere apuntar a la moda Puigdemont. ¡Este tipo es un genio!