Feijóo y Herrera: sordina de Génova 13

La aprobación del cupo vasco ha sentado como una puñalada en los intestinos del Partido Popular. Otra cosa es que dada la contextura, jerarquía y organización del que todavía es la primera formación política de España permita expresar el descontento y aún el desconcierto.

No hay argumentos políticos sólidos ni nacionales para sostener la dádiva en forma de prebenda del cupo. Solo algunos dirigentes regionales que, bien por su 'auctoritas' o por su despego, se pueden permitir levantar la voz contra lo que claramente es una injusticia en términos de solidaridad y de futuro.

El cuartel general de Génova 13 les ha mandado un recado: hay que tener visión de Estado. ¿Visión de Estado, precisamente?

Alberto Nuñez Feijóo, presidente de Galicia, sabe muy bien las necesidades del noroeste que históricamente han lastrado su tierra. Para paliar las carencias se necesita dinero. No le ha gustado para nada la trágala impuesta por Rajoy y Montoro para que el País Vasco sea deficitario desde el punto de vista fiscal para con el resto de España. ¡Natural!

Herrera puso coto a su carrera política y es libre para decir lo que piensa. Lo que piensa es que Rajoy lleva tiempo maltratando a su comunidad

Feijóo aspira, con algunas razones, a ser el sucesor de su paisano Mariano, que alguna vez tendrá que dejarlo. De modo y manera que no puede agraviar a su comandante en jefe, a la vez, tiene que representar el alma de la militancia; se quiera o no su voz será decisiva cuando se produzcan las previsiones sucesorias.

Juan Vicente Herrera, presidente de Castilla y León, hace tiempo que puso coto a su carrera política. Es, por lo tanto, libre para decir lo que piensa. Lo que piensa es que el Gobierno de Rajoy lleva tiempo maltratando a la sufrida comunidad histórica. Un día son las minas de León; otro el cierre de Garoña y al siguiente el tren que no pasa por Aranda de Duero.

El PP tiene suerte con una militancia férrea. Lo traga todo. Deglutir es otra cosa. Todo tiene su límite.

En el partido que sostiene al Gobierno tienen que cambiar muchas cosas. Todo pasa por abrir un resquicio a la democracia. Creo.

PD. Los “capitanes” empiezan a impacientarse.