Es noticia
¿Y el Rey?
  1. España
  2. Palo Alto
Graciano Palomo

Palo Alto

Por

¿Y el Rey?

Felipe VI dedica su tiempo a recabar información oficial sobre los asuntos del Estado, contrastar opiniones y a intuir qué es lo que puede hacer mejor por la sociedad que le paga

Foto: El rey Felipe VI en noviembre. (EFE)
El rey Felipe VI en noviembre. (EFE)

Los acontecimientos acaecidos en Cataluña, que se sustanciaron finalmente en apretar el botón del 155, han venido a dar la razón al famoso e histórico alegato real del día 4 de octubre. El rey Felipe se la jugó a camisa abierta, después de aguantar firme y durante mucho tiempo desplantes, ofensas personales e institucionales.

Después calló. No podía ser de otra forma. La pregunta que se hacen muchos ciudadanos estos días -a la espera del mensaje de Navidad de Nochebuena- es qué piensa y qué hace el Rey.

“Sufrir”, es lo que ha dicho su tía, que se supone tiene la puerta expedita de Palacio. Si algún español ansía el reencuentro con la normalidad democrática, ese es, por razones obvias, Felipe de Borbón. Al monarca le interesa fundamentalmente representar a España ante el mundo. Es uno de los pocos resquicios que le permite la Constitución; un rol que, además, le gusta. Representar al Estado.

Existen opositores radicales que quieren que el actual jefe del Estado vuelva andar el camino que hizo en su día su bisabuelo Alfonso XIII

En el escaso tiempo que lleva con la corona en su cabeza no puede decirse con justeza que lo haya tenido fácil. Observo un consenso generalizado entre el pueblo a su favor sobre cómo desempeña su oficio. Existen, sin embargo, opositores radicales que quieren que el actual jefe del Estado vuelva a andar el camino que hizo en su día su bisabuelo Alfonso XIII. No olvidarán nunca el mensaje del 4 de octubre. No solo en Cataluña, también en el País Vasco y en Navarra, una tierra que adora. Entre las mesnadas radicales de izquierda.

Por las informaciones de las que dispongo, el rey Felipe dedica su tiempo a recabar información oficial sobre los asuntos del Estado, contrastar opiniones de gentes privadas, leer todo lo que cae en sus manos, estrechar relaciones personales con otros jefes de Estado y a intuir qué es lo que puede hacer mejor por la sociedad que le paga su residencia y la manutención de su familia.

Los acontecimientos acaecidos en Cataluña, que se sustanciaron finalmente en apretar el botón del 155, han venido a dar la razón al famoso e histórico alegato real del día 4 de octubre. El rey Felipe se la jugó a camisa abierta, después de aguantar firme y durante mucho tiempo desplantes, ofensas personales e institucionales.

Rey Felipe VI Cataluña