Luces rojas en el PP: encrucijada Cospedal

Miedo y desesperación contenida. Salvo en casa de Mariano Rajoy, que continúa tan impasible como siempre. Dos epítetos que podrían cuadrar con justeza para describir con una cierta moderación lo que está ocurriendo en el Partido Popular. La formación que durante lustros ha sido la más numerosa de Europa —número de afiliados y poder acumulado— y un enorme referente dentro del Partido Popular Europeo (PPE).

¿Qué está ocurriendo en el PP? Porque cosas están pasando. En primer lugar, hay que distinguir entre la dirigencia y las bases. Entre los primeros hay un silencio "en prevengan", esto es, que nadie quiere desmarcarse porque se teme la respuesta de Cospedal pero ello no quiere decir que estén de acuerdo con su gestión en calidad de secretaria general. Todo el mundo sabe también que lo diletante se debe en gran parte a que es Rajoy quien tiene la última palabra. El último episodio del banquillo por la destrucción de los discos duros de Bárcenas se puede llevar por delante a la número dos. Todo el mundo sabe ahí que fue ella quien dio las órdenes y la tesorera Carmen Navarro, sentada en nombre del partido en la acusación, fue una cooptación personal suya.

La dama manchega atesora condiciones de determinación y coraje imprescindibles en ese oficio de alto riesgo llamado "vida política"

El último Congreso Nacional, cuando una mayoría de compromisarios se mostró contrario a la acumulación de cargos y responsabilidades, le puede pasar factura ahora.

Tampoco ha sabido aprovechar mediáticamente la gran crisis catalana en su calidad de titular de Defensa. Si no quiere que le arrojen por la ventana quizá debería abrirlas y tirar por la borda a algunos de sus edecanes. La dama manchega, pese a todo, atesora condiciones de determinación y coraje imprescindibles en ese oficio de alto riesgo llamado "vida política". Pero…

Hoy no me he referido para nada a Soraya.