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El (presunto) asesino es nieto de un fascista chileno
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Graciano Palomo

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El (presunto) asesino es nieto de un fascista chileno

Parecería que estamos ante un delito de odio político, ante un asesinato en las calles de la quinta ciudad de España, la cuarta potencia de Europa

Foto: Rodrigo Lanza en una entrevista. (YouTube)
Rodrigo Lanza en una entrevista. (YouTube)

Entro en un bar y oigo hablar del asesinato de Zaragoza; subo al autobús y dos señoras entradas en años comentan la muerte del exlegionario Laínez. Asisto a una reunión coyuntural de periodistas y el tema se pasea a toda prisa.

Lo cierto es, a tenor de los hechos que instruye la jueza de Zaragoza, que aquí hay una tragedia, un asesinato de "odio político", y una auténtica historia de subversión humana; en medio todo ello, una deriva de agresividad política realmente preocupante.

Aquí no puede haber "venganza" en modo alguno. Simplemente tiene que llegar la justicia

Aquí hay un cerebro corrompido, vaya usted a saber en qué términos y con qué causas. Lo que sabemos del presunto asesino Rodrigo Andrés Lanza Huidobro es que nació en Chile, que es nieto de un almirante del general Pinochet, que dejó tetrapléjico a un policía municipal de Barcelona (defendido y justificado por Ada Colau, son hechos comprobados) y que ahora, en una madrugada maña, agarró una barra de hierro, golpeó por detrás al motero que en el suelo se desangraba, lo pateó y siguió tomando copas como si tal cosa. El delito del motero es que se sujetaba los pantalones con unos tirantes en los que se podía ver la bandera nacional española. Hasta aquí, en trazos rápidos y gruesos, la historia. A partir de ahí, casi todo el mundo que es alguien en la vida nacional se ha retratado.

El delito del motero es que se sujetaba los pantalones con unos tirantes en los que se podía ver la bandera nacional española

Parecería que estamos ante un delito (con resultado de asesinato) de odio político, insisto. No ante un tuit más o menos agresivo; no ante una amenaza velada; no ante un insulto de madrugada y con copas. No. Ante un asesinato en las calles de la quinta ciudad de España, la cuarta potencia de Europa.

Me ha sorprendido la reacción de bastantes. A mí me importa tanto como una higa el color político del asesinado y del presunto asesino. Lo que realmente me conmueve es que estos sucesos puedan producirse en un país que ha acogido al inmigrante y que el tal Lanza Huidobro reincida en el ataque.

Aquí no puede haber "venganza" en modo alguno. Simplemente tiene que llegar la justicia.

Entro en un bar y oigo hablar del asesinato de Zaragoza; subo al autobús y dos señoras entradas en años comentan la muerte del exlegionario Laínez. Asisto a una reunión coyuntural de periodistas y el tema se pasea a toda prisa.

Zaragoza Policía Nacional