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El principio del fin de Cospedal
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Graciano Palomo

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El principio del fin de Cospedal

Como a estas alturas no debe tener problemas para pagar los recibos de luz, debería pensar, quizá, que el cigarral de Toledo sería un buen refugio para escribir un libro de memorias

Foto: La ministra de Defensa, secretaria general del PP y presidenta del partido en Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal. (EFE)
La ministra de Defensa, secretaria general del PP y presidenta del partido en Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal. (EFE)

Pronto hará diez años que fue cooptada por Mariano Rajoy (2008) como primera ejecutiva nacional del Partido Popular a título de secretaria general. Sustituía en el cargo al aznarista Ángel Acebes, que pasará a la historia a la vez como bien intencionado y limitado ministro del Interior, que lo era, en aquel infausto 11-M en el que no se enteró absolutamente de nada.

María Dolores de Cospedal García es, sin duda, una mujer determinada, con ideas propias y arrojo que solo se arruga cuando tiene enfrente a Mariano Rajoy; es decir, siempre. Ha rendido grandes servicios al centro-derecha español en momentos muy difíciles y al límite. Pero el tiempo —y los errores— todo lo pueden.

Posee inteligencia, atractivo personal y valores políticos claros. Ambición suficiente para haber acaparado más cargos que ningún otro colega del PP desde que en el lejano 1976 fundara el partido Manuel Fraga. ¡No le ha ido precisamente mal en la mamandurria política! Con un currículo repleto de responsabilidades y oropel.

Mujer determinada, con ideas propias y arrojo que solo se arruga cuando tiene enfrente a Mariano Rajoy; es decir, siempre

Pero como advertía Napoleón Bonaparte a sus asesores militares cuando le venían a proponer ascensos al generalato en el ejército imperial, hace falta suerte. No tiene suerte Cospedal al día de hoy. Porque, al final, no es lo que se ha conseguido (que ha sido mucho) si no lo que se ambiciona. En esa falta de "suerte" nada tienen que ver los amigos (presuntos) de su enemiga interna; ni siquiera que recibiera en herencia a un tal Luis Bárcenas. No. Tiene que ver en su escaso acierto al elegir su "círculo interior", especialmente en cuestiones mediáticas. No es mejor edecán el que te baila el agua o lleva la palangana por doquier. No.

Nadie entre los "capitanes" que pululan a su alrededor, y que también aspiran a ello, le dirán a su secretaria general lo que yo voy a escribir aquí. No quiere decir que besen por donde ella pisa, en modo alguno, pero creen que el PP está bloqueado y en grave riesgo no solo de perder el poder de la nación si no en ir diluyéndose poco a poco ante el empuje de la nueva formación de centro derecha que ya ha presentado cartas credenciales. Si no estás de acuerdo con lo que ordena el comandante en jefe, se dimite y punto.

Algunos —y algunas— que pululan por sus faldas creen que se escribe al dictado de su enemiga porque ellos —o ellas— hacen lo mismo ' a contrario sensu'.

Diez años abigarrados de problemas de gran envergadura es mucho tiempo. Como a estas alturas no debe tener problemas para pagar los recibos de luz y agua debería pensar, quizá, que el cigarral de Toledo sería un buen refugio para escribir un libro de memorias.

¡'Sic transit gloria mundi'!

Pronto hará diez años que fue cooptada por Mariano Rajoy (2008) como primera ejecutiva nacional del Partido Popular a título de secretaria general. Sustituía en el cargo al aznarista Ángel Acebes, que pasará a la historia a la vez como bien intencionado y limitado ministro del Interior, que lo era, en aquel infausto 11-M en el que no se enteró absolutamente de nada.

María Dolores de Cospedal Mariano Rajoy