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La OCDE llama la atención sobre una tragedia terrible
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Graciano Palomo

Palo Alto

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La OCDE llama la atención sobre una tragedia terrible

Tan solo un 2,6% de las personas de 18 a 64 años han creado una empresa propia o compartida, muy por debajo de la media europea (4%)

Foto: Una reunión de emprendedores. (iStock)
Una reunión de emprendedores. (iStock)

Mientras aquí seguimos discutiendo sobre si son galgos o son podencos, chapoteando en fruslerías, el mundo libre avanza hacia las cosas importantes; sobre los asuntos que van a conformar el globo en el próximo siglo.

Pero esas cosas parecen importarles tanto como una higa. Un recientísimo informe de la OCDE, apenas venteado por medio informativo alguno en este país, subraya que en los últimos cuatro años (2012 a 2016) España tiene muy pocos emprendedores, es más, ocupa el penúltimo lugar en ese 'ranking' solo por delante de Bulgaria.

Tan solo un 2,6% de las personas de 18 a 64 años han creado una empresa propia o compartida, muy por debajo de la media europea (4%). Interpretando en versión libre la tabulación de la organización más importante en la que se agrupan los países más industrializados del mundo, habría una primera conclusión: los españoles siguen creyendo —como desde 1492— que lo molón es ser funcionario —con oposición o sin oposición— que, aunque no se cobren grandes cantidades, el sueldo está asegurado y el trabajo no desloma. Esto es así curiosamente cuando precisamente los que emprenden en España tiene una vida mucho más larga en sus quehaceres de negocios y empresariales que la media de países de la OCDE. Como diría el clásico, pocos pero duros.

Foto: El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en La Moncloa (EFE)

Resulta también que la supervivencia del Estado que garantiza la vida muelle de muchos de esos más de cuatro millones de empleados públicos pasa porque la empresa privada se sostenga, pague impuestos, tasas, cree empleo. Las enormes rigideces municipales, autonómicas y estatales, su burocracia intolerable y asfixiante —jaleada por un ministro de la derecha en un ministerio clave— no ayudan precisamente al emprendimiento. "Hay mucha complejidad a la hora de emprender… Si pides un crédito al ICO exigen que te avalen los padres…". Luego vienen los factores culturales y educativos. Lo bueno es ser funcionario. "No hay espíritu emprendedor en España porque no nos forman para asumir riesgos, usar el fracaso para aprender, ni ser creativos, ni trabajar en equipo…".

Si te arriesgas, trabajas duro, inviertes tu patrimonio, pagas impuestos confiscatorios y, finalmente, logras tener éxito, acabarás etiquetado como un 'facha', insensible, glotón y explotador.

¡Así no sobreviviremos, presidente!

Mientras aquí seguimos discutiendo sobre si son galgos o son podencos, chapoteando en fruslerías, el mundo libre avanza hacia las cosas importantes; sobre los asuntos que van a conformar el globo en el próximo siglo.

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