Palo Alto
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¡Te están haciendo el relevo generacional, Mariano!
Horas antes de que se recontaran los votos en Cataluña me permití afirmar públicamente que el 21-D (2017) podría resultar al PP lo que el 12-F (1980) a UCD: el principio del fin
La hemeroteca de este periódico y otros medios no me dejarán por mentiroso. Llevo los últimos años denunciando que el Partido Popular se ha convertido en un "estanque estancado" que desprende un cierto olor a naftalina añeja refugiado en los votos más antiguos y temerosos de la derecha española. La fórmula funcionó porque no había otro producto. Ahora lo hay. En Cataluña ha quedado claro que el mercado electoral ya no tiene reductos irreductibles.
Horas antes de que se recontaran los votos en Cataluña me permití afirmar públicamente queel 21-D (2017) podría resultar al PP lo que el 12-F (1980) representó para UCD: el principio del fin. Cierto es que ambas formaciones son radicalmente distintas y el contexto también. Mariano Rajoy es una persona netamente conservadora a la que resulta muy difícil entender que el "chollo" político ha cambiado mucho. ¡Y 'tant'!
¿Es posible que el terremoto catalán en el centro derecha se traslade al resto de España? O se pone las pilas o no le salva ni la patrona de Pontevedra
Pues bien, nos fuimos a dormir en la madrugada del día 22 con la constancia de que Ciudadanos había ganado las elecciones autonómicas catalanas —con una candidata de Jerez de la Frontera— y de paso Albert Rivera le había comida la merienda a Rajoy con el propio discurso (aún más duro) del Partido Popular.
La pregunta ahora es la del millón. ¿Es posible que el terremoto catalán en el centro derecha se traslade al resto de España? Naturalmente que sí. O se pone las pilas Rajoy o no le salvará ni la patrona de Pontevedra. ¿En qué sentido? Meridiano.
Uno. No gobernar contra su militancia y votantes. Verbigracia, despedir a Montoro, entre otros. 'Ipso facto' y a gran velocidad.
Dos. Modernizar la imagen del PP y sus dirigentes. Esto es, comunicación. Sí, pero también producir el relevo generacional ("capitanes" a la espera) que es lo que le está haciendo Rivera.
Tres. Producir cambios sustanciales en el poder popular: despedir a Cospedal como secretaria general, poner a gentes capaces al frente del cuadro de mandos que sepan no solo de legajos sino de política. Y de paso, evitar que dos colaboradoras se enfrenten.
No albergo esperanza alguna de que Mariano Rajoy sea capaz de hacer lo que describo. Así que la sombra de UCD se aparecerá cada vez con más nitidez.
La formidable, sufrida y generosa militancia PP ya solo pueden confiar en el instinto de supervivencia del que todavía es su comandante en jefe. Por ahora.
La hemeroteca de este periódico y otros medios no me dejarán por mentiroso. Llevo los últimos años denunciando que el Partido Popular se ha convertido en un "estanque estancado" que desprende un cierto olor a naftalina añeja refugiado en los votos más antiguos y temerosos de la derecha española. La fórmula funcionó porque no había otro producto. Ahora lo hay. En Cataluña ha quedado claro que el mercado electoral ya no tiene reductos irreductibles.