Es noticia
Cuando dos millones de 'indepes' amargan la vida a 47 millones de españoles
  1. España
  2. Palo Alto
Graciano Palomo

Palo Alto

Por

Cuando dos millones de 'indepes' amargan la vida a 47 millones de españoles

Tengo para mí que a una mayoría de los españoles les importa a estas alturas de la película una higa de color amarillo que Cataluña se quede o se vaya

Foto: Una mesa electoral en Barcelona el pasado 21-D. (EFE)
Una mesa electoral en Barcelona el pasado 21-D. (EFE)

¿Qué tenemos encima de la mesa cuando quedan escasas horas para que expire (felizmente) el malhadado año 2017?

Básicamente, lo que teníamos antes de la aplicación (sic) del famoso artículo 155 cuando un tal Carles Puigdemont se creía Alejandro Magno y Oriol Junqueras se veía a sí mismo revestido en el papel de cardenal camarlengo. Es verdad que se les ha enseñado la patita, pero menos.

Lo que tenemos al iniciarse el año 2018 es, en esencia, que dos millones de independentistas catalanes se proponen amargar la vida 'in aeternum' a 47 millones de españoles. ¿A qué aspiran estos últimos? A que se les deje vivir en paz, libertad y ganarse el sustento diario. Eso sí, que tampoco les sigan humillando. Esto es lo sustancialmente importante.

Foto: Mariano Rajoy, este 29 de diciembre tras la reunión del Consejo de Ministros. (EFE)

Si el Gobierno, el Estado y todos sus poderes desplegados permiten que una minoría de fanáticos con amplia y demostrada deriva al suicidio son capaces de arrastrar a todo un país —el segundo en extensión de toda la Unión Europea— o si por el contrario se plantan y deciden que hasta ahí llegó el agua. Esos fanáticos, dirigidos por unos políticos de casino, no llevan razón histórica pero hasta la fecha han sido capaces de imponer su voluntad y su tabarra a esos 47 millones que con una paciencia infinita han asistido y aún asisten atónitos a una orgía inexportable de sucedidos.

Tengo para mí que a una mayoría de esos 47 les importa a estas alturas de la película una higa de color amarillo que Cataluña se quede o se vaya. ¡Pero sin insultar, eh! Lo que realmente piden es que esos sujetos tabernarios no echen por tierra su presente y el futuro de sus hijos. Porque pueden, en efecto, desgraciarlo.

El resto de españoles quiere vivir en paz, libertad y ganarse el sustento diario. Eso sí, que tampoco les sigan humillando. Eso es lo importante

De modo, que si para ello hay que ir a un referéndum pactado —con todas las posibilidades de ganarlo al día de hoy— pues habría que ir. Si lo ganan, cosa incierta, que con su pan (si les queda) se lo coman; si lo pierden, al menos estarán cincuenta años calladitos, espero.

Lo que el Gobierno del presidente Rajoy debe saber es que el castigo brutal que ha recibido el 21-D en las urnas catalanas se debe a que sus partidarios no han sentido que su jefe les haya garantizado precisamente lo que persiguen: paz, libertad y, a ser posible, algo de butifarra.

¿Qué tenemos encima de la mesa cuando quedan escasas horas para que expire (felizmente) el malhadado año 2017?