Tambores de guerra de PSOE y Podemos

Dentro del tablero del poder fáctico político, la opinión generalizada estima que las izquierdas individual y colectiva tienen escaso futuro a corto y medio plazo. No cuentan para encabezar el leviatán del poder a gran escala aunque sí pueden seguir beneficiadas con alcaldías y alguna comunidad autónoma.

Lo que sí se puede describir con nitidez es un nuevo pulso recrudecido por liderar el sector en temas netamente sociales, una vez que el cisco catalán pierde fuelle.

Las izquierdas pugnan entre sí por hacer ver quién combate con más fiereza a las élites españolas que siempre han sido un compendio de ineptitud política y social. Hay dos élites en las que han puesto sus ojos PSOE y Podemos: la banca y la Iglesia. En ambos lados y como representación de los 'fáctico' —en el primero más que en el segundo— encontrará la izquierda material para incendiar sus casas.

TE PUEDE INTERESAR

Sánchez carga contra las "élites" y hace pedagogía sobre pensiones... y sobre el 155

Juanma Romero

Pedro Sánchez proponía hace unos días un impuesto especial a la banca con destino al sostenimiento (si ello fuera posible) de las pensiones. Después de muchos meses dedicados a temas menores e irrelevantes para la población, los temas sociales son los que van a marcar los respectivos territorios. Ello ha propiciado el crecimiento de Ciudadanos que golpea con fuerza las bolsas con millones de votos: autónomos y pensionistas, principalmente.

Sánchez ha llamado a una "rebelión" contra las élites políticas... "Si hacemos eso, por mucho que las élites mediáticas y políticas pongan en los medios cosas distintas a nuestras preocupaciones, ganaremos las elecciones…".

La Iglesia. En un amplio estudio realizado por el Tribunal de Cuentas y publicado en este periódico se hacía referencia a los beneficios fiscales (sin control) que determinadas organizaciones sin ánimo de lucro —con la Iglesia Católica a la cabeza— reciben del Estado. Ese Tribunal sustanciaba que solo en el año 2015 la Iglesia recibió 123,63 millones de euros, amén de lo que designan los contribuyentes a través de su IRPF mediante la X. El impago del IBI, y la educación concertada completaría el círculo.

Me temo que el jefe de las finanzas eclesiásticas tendrá, a partir de ahora, que dar muchas explicaciones a los partidos de izquierda sobre sus prebendas y mamandurrias.