El 'caso Monedero' en medio de la charca

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) le ha recordado a un profesor de la Universidad Complutense de Madrid que se apellida Monedero y dicen que responde por el nombre de Juan Carlos –igual que el rey emérito, ironías tiene la vida— que un empleado público, que cobra el sueldo máximo del erario público, no puede compatibilizar su tiempo y dedicación a otros menesteres que no sean estrictamente la docencia y la investigación.

Monedero lleva razón en una cosa: su caso no es único en la universidad española. Hay centenares, miles que se aseguran un dinerito muy importante de la nómina pública pero realmente sus inquietudes luego las sirven a la empresa privada o a instituciones con carácter de lucro.

De modo y manera que el 'Caso Monedero' es una rana más en la charca de la Universidad española que consume ya muchos puntos del PIB para no gozar del mínimo predicamento. Con excepciones, naturalmente. Está por ver cuando dejamos de chapotear en la inmundicia Puigdemont para debatir en profundidad, con realismo y una mínima ascética de honradez el tema de la universidad en España. Porque si mal no recuerdo en el 'ranking' Sanghai —quizá el más celebrado en todo el mundo— el primer centro universitario 'made in Spain' que aparece está en el puesto 180. España no ocupa precisamente el puesto 180 en el mundo.

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Sucede, sin embargo, que Monedero —que ha buscado protagonismo 'urbi et orbi' con determinación stalinista— debería haber dado ejemplo en eso de acabar con la "casta universitaria" que si en algún intersticio patrio hay "casta" ese es sin duda el universitario donde el clientelismo se puede describir con tanta precisión como el fracaso de los radicalismos infantiloides.

Insisto: no es el único, aunque se ha buscado la personalización ante su inquina furibunda al rector Andradas; en realidad, en el bueno de J. C. todo es feroz. ¡Lástima de cabeza amueblada que tiene más de lecturas que de conocimientos!

Monedero lleva razón en una cosa: su caso no es único en la universidad española

Monedero rendiría un servicio a su país y a la sociedad española que paga esa universidad —también los más pobres y excluidos— si su 'caso' sirviera, en efecto, para abrir un debate con la estación final de poner coto a tanto despilfarro como corrupción.