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Palo Alto
Por
Rivera tira la caña en la sociedad civil
La victoria (presunta) tiene cien padres; la derrota es huérfana. Sea como fuere, Rivera ha llegado y tiene la directa puesta
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El pasado jueves 8 de febrero tuve ocasión de plantear algunas cuestiones directamente al hombre de moda en la política nacional española. Sobre él, como máximo exponente de ese movimiento naranja que pretende hacerse con el poder al más puro 'estilo Macron', se dicen muchas cosas, unas ciertas y otras falsas. Sobre todo, se hacen muchos juicios de intenciones, y tiene su lógica.
Incluso entre sus nuevos 'fans', el éxito de Rivera tiene su aquel. Más como demérito del adversario que por 'input' del aspirante, entre otras cosas, porque todavía no ha tenido oportunidad de zurcir el tajo.
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La victoria (presunta) tiene cien padres; la derrota es huérfana. Sea como fuere, Rivera ha llegado y tiene la directa puesta. Por lo que pude colegir, tras su puesta en escena en la inmortal Salamanca rodeado de jóvenes europeos, es que pretende reeditar en edición hispana lo que ha sido el movimiento 'En Marcha' del presidente Emmanuel Macron. Se recordará que el jefe galo había sido banquero, ministro de Economía en el gabinete Hollande, que tiene una esposa mucho mayor que él, algún maquillaje caro 'ad hoc'. Punto. Ni partido, ni extensiones locales o regionales, ni nada. Apelación a la sociedad civil y dirigentes políticos de nuevo cuño. Punto. Así derrotó a la derecha tradicional de siempre y a una izquierda gangosa y llena de pus.
"Ahora hago de 'head hunter'", me confesó Albert en los estudios de RNE. "Prefiero gente nueva que no haya tenido antes responsabilidad política". De alguna manera el 'status quo' de Albert Rivera me recuerda aquellos años 80 de Felipe González. Porque el otrora 'dios' socialista lo era a fuer de liberal. Rivera es liberal por liberal.
El tiempo juega a su favor. Y las circunstancias. Pero no debería olvidarse que cuando se va cabalgando en un caballo blanco y cuatralbo envuelto en una capa blanca se puede sufrir una caída en los polvorientos caminos a la entrada de Damasco.
El pasado jueves 8 de febrero tuve ocasión de plantear algunas cuestiones directamente al hombre de moda en la política nacional española. Sobre él, como máximo exponente de ese movimiento naranja que pretende hacerse con el poder al más puro 'estilo Macron', se dicen muchas cosas, unas ciertas y otras falsas. Sobre todo, se hacen muchos juicios de intenciones, y tiene su lógica.