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150 millones para la KGB catalana
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Graciano Palomo

Palo Alto

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150 millones para la KGB catalana

Los expertos consultados calculan que se gastaron entre 150 y 200 millones de euros en los menesteres de espiar a movimientos cívicos contrarios a sus pretensiones

Foto: Mossos en la seguridad del Mobile World Congress en Barcelona. (EFE)
Mossos en la seguridad del Mobile World Congress en Barcelona. (EFE)

España es un país sorprendente y en ocasiones sorprendido. La opinión publicada es capaz de refocilarse hasta el paroxismo en charcas nimias y al mismo tiempo no agacharse a recoger los billetes morados de 500.

En medio del carajal catalán, los mismos que denuncian (o dicen que denuncian) al Estado en instancias internacionales por el escaso respeto a los Derechos Humanos en sus casos, resulta que crearon una policía política con dinero público. Los expertos consultados calculan que se gastaron (Mossos) entre 150 a 200 millones de euros en los menesteres de espiar a movimientos cívicos contrarios a sus pretensiones secesionistas, periodistas libres que pusieron blanco sobre negro sus auténticas pretensiones, y dirigentes políticos a los que tenían en frente.

Foto: La policía intenta impedir que los 'mossos' quemen documentos en una incineradora. (EFE)

Esto ha pasado sin pena ni gloria. Yo, en cambio, lo considero un tema de la máxima relevancia. Entre otras razones porque deja bien a las claras los auténticos objetivos de los sediciosos.

Hasta la fecha no se conoce ni uno solo de los nombres de los responsables políticos que ordenaron el espionaje. Ni uno solo de los nombres de los agentes públicos que se prestaron al delito. Ni nadie ha dado una explicación sobre nada. Todos se han limitado a silbar en la vía como si fuera cosa del Altísimo.

Hasta la fecha no se conoce ni uno solo de los nombres de los responsables políticos que ordenaron el espionaje

No he visto a ningún canal de televisión de esos que practica el "periodismo" dedicar más allá de tres minutos al asunto de marras.

Resulta paradójico que mientras señores como Tardá, Rufián, Xuclà o Campuzano asaetean a la vicepresidenta por un quítame ahí el 155, nadie les haya sacado una palabreja por comportamientos nazis.

¡País sorprendente!

España es un país sorprendente y en ocasiones sorprendido. La opinión publicada es capaz de refocilarse hasta el paroxismo en charcas nimias y al mismo tiempo no agacharse a recoger los billetes morados de 500.

Mossos d'Esquadra