Economía, bien. PP, mal

Resultó extraordinariamente interesante la gala de los Premios Influentials 2018 de este periódico no solo en lo referente a 'lo oficial' sino también en los corrillos. Había gente muy relevante de la llamada 'economía real' que se hacía preguntas no exentas de cruces acerca de cómo es posible que el partido en el gobierno trastabille mientras que la economía va como un cañón.

Si, finalmente, la debacle popular se sustanciara en las urnas sería un caso para analizar en los laboratorios universitarios prestigiosos. Porque es difícil encontrar un caso similar en la Europa libre en el que la gestión económica notable se sustancie con un descalabro en los votos.

Podría significar, entonces, que el pueblo llano y los agentes sociales y económicos no conceden al Gobierno más valor a la impronta ejecutiva en la bonanza económica que de mero acompañamiento. Podría ser.

Nunca entenderé por qué tanto pavor a perder el poder. Podría comprender los argumentos 'ad hominem' de coche y prebendas oficiales

Mariano Rajoy, convencido por Pedro Arriola, siempre creyó y sigue creyendo a pies juntillas que los electores —sobre todo los del centro-derecha— sabrían valorar su lucha en este campo, que, en efecto, es la principal preocupación de una mayoría de ciudadanos. Esa bonanza, en cualquier caso, podría servir para salvar los muebles.

Nunca entenderé por qué tanto pavor a perder el poder. Podría comprender los argumentos 'ad hominem' de coche y prebendas oficiales, pero en modo alguno como proyecto político de alcance.

Finalmente, si se confirmara lo anterior querrá decir también que los tiempos han terminado por cambiar hasta los presupuestos sociológicos demoscópicos más elementales.