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Europa, ¿qué Europa?
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Graciano Palomo

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Europa, ¿qué Europa?

¿Qué ha pasado para que Alemania, la llamada locomotora europea, haya dinamitado de facto la UE?

Foto: El 'expresident' Carles Puigdemont durante una comparecencia de prensa en Berlín. (Reuters)
El 'expresident' Carles Puigdemont durante una comparecencia de prensa en Berlín. (Reuters)

Wilhem Hofmeister, alemán jefe de la Fundación Konrad Adenauer (CDU) al que conozco muy bien, lo ha escrito estos días: "No resulta difícil prever que el comportamiento de Alemania frente al separatismo catalán será reconocido como una de las causas próximas para el declive de la Unión Europea…". Insisto. Ha escrito esto el máximo responsable en la península ibérica de la fundación del partido de la canciller Angela Merkel.

¿Qué ha pasado aquí para que la llamada locomotora europea haya dinamitado de facto la Unión Europea? Pues algo tan sencillo como que un tribunal periférico (Schleswig-Holstein) ha equiparado el golpe de Estado fallido de los Puigdemont & Cía con una protesta ecologista en 1983 en aquel país.

Si los fiscales y jueces alemanes de superior categoría a los de Holstein no lo remedian Europa, nuestro viejo, sueño habrá saltado por los aires. Supongo que las esposas de los jueces que han condecorado a Puigdemont —porque hubo "poca violencia" y su asonada no tuvo éxito— no tendrá los problemas para andar libremente por la calle como le sucede en Barcelona a Gema Espinosa, directora de la Escuela Judicial y esposa del juez Llarena. Supongo, por poner solo otro ejemplo, que los domicilios de los ignotos jueces de Holstein no tendrán las pintadas en sus domicilios que sufren los colegas españoles que imparten justicia en Cataluña.

El mecanismo de la euroorden ha quedado en papel mojado. Y ha saltado por los aires algo más: la confianza entre estados miembros y socios

Definitivamente, el mecanismo de la euroorden ha quedado en papel mojado. Ha saltado por los aires algo más: la confianza entre estados miembros y socios. Rajoy ha quedado una vez más en evidencia por su falta de firmeza frente a una lenguaraz e insulsa ministra de Justicia alemana, que según dicen mantiene amistad con la jefa socialista balear, Francina Armengol, a la que conoce de sus largas temporadas en esas islas. Dicen.

¿Nos podemos extrañar que Europa recule en todos los frentes? ¿Acaso podemos asombrarnos del éxito del húngaro Viktor Orbán que estando todavía dentro de la Unión se ha alejado peligrosamente de los principios fundacionales del proyecto europeo?

Wilhem Hofmeister, alemán jefe de la Fundación Konrad Adenauer (CDU) al que conozco muy bien, lo ha escrito estos días: "No resulta difícil prever que el comportamiento de Alemania frente al separatismo catalán será reconocido como una de las causas próximas para el declive de la Unión Europea…". Insisto. Ha escrito esto el máximo responsable en la península ibérica de la fundación del partido de la canciller Angela Merkel.

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