Cataluña funde al Gobierno y se come al PP

"Es débil…; da la impresión de que no se entera… Ha dejado la sensación de que el tema le viene ancho y que tiene miedo a poner coto a los desmanes…". Frases como estas no son difíciles de oír estos días no solo en bares, restaurantes y saraos, sino en los grandes despachos desde los que se dirime la llamada economía productiva.

Bien analizada la coyuntura, la presumible debacle del partido en el Gobierno (¡que está por ver!) se debería a dos causas fundamentales: la gestión en Cataluña y la corrupción. Modestamente cree el columnista que fundamentalmente se debería a lo primero. Porque la corrupción, con ser grave, ya ha sido descontada y, además, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.

Cataluña. El conjunto de los españoles (catalanes incluidos) está hasta la raíz del cabello de un proceso que está descoyuntando al Estado, destrozando la imagen de España en el mundo y tirando por la borda miles de millones de euros que se necesitan para las cosas de comer. La sensación generalizada es que el Gobierno de Rajoy ha sido débil, condescendiente, timorato. Esta es la percepción generalizada. Curiosamente, el Gobierno ha pulsado el botón del 155… a medias. Este es el problema. Que se apretó la 'última ratio' constitucional y todo ha quedado más o menos igual.

TE PUEDE INTERESAR

Órdago de Cs: o el PP aparta a Cifuentes antes del 1 de mayo o gobernará Gabilondo

David Fernández Paloma Esteban

¿Por qué sube Ciudadanos? En primer lugar, por los deméritos de los otros (también PSOE), pero por Cataluña donde ha conseguido ser 'prota' ante el secesionismo. Y el factor catalán se ha extendido por el resto del país.

Prodirigentes del PP subrayan estas dos causas. Sí, oigan, pero es que Cataluña como problema existe y los casos de corrupción también, aunque también es cierto que algunos de los casos han sido estirados hasta el paroxismo por las terminales mediáticas de la 'izquierdona'. Nunca he tenido más interés por conocer un cabreo generalizado y el dictamen en las urnas del pueblo soberano.

Por cierto, se me olvidaba algo obvio, que está en la mesa de todos los analistas: la comunicación cuasi nefasta en el Gobierno y en el partido que le secunda.

¡Para qué insistir…! Frente a hechos no caben argumentos.