Rajoy, tapón al que todo el mundo chulea

Lo que realmente preocupa a los españoles está muy alejado del calendario mediático que día a día tienen que tragar los sufridos y paganos contribuyentes. Son los temas económicos (desempleo, nivel de vida, salarios, etc.) los asuntos que realmente les quitan el sueño. Pero la "política" lo inunda todo.

Esa creencia 'arriolista', firmemente asentada en el universo 'marianista', no se compadece con ese pulso diario. Tal es así que el principal 'input' de los seis años de poder de Rajoy, la recuperación económica indiscutible, queda completamente aguado ante los acontecimientos diarios —algunos de corte menor— que imponen las agendas mediáticas de televisiones escoradas y digitales 'ad hoc'.

El principal problema que tiene el presidente del Gobierno es que se le ha perdido el respeto. Sobre todo fuera, pero empieza a poder describirse ya que también dentro, y ello irá en aumento si es que no manda al cadalso a la indisciplina. Ahí está, por ejemplo, el caso de Cristina Cifuentes, que no se le ha ocurrido otra cosa que poner en manos del comandante en jefe su propia suerte.

Sucede que la degradación de la imagen y el liderazgo del primer ministro tiene su aquel en lo que los medios dicen y pregonan sobre él

Sucede también que la degradación de la imagen y el liderazgo del primer ministro tiene su aquel en lo que los medios dicen, pregonan y certifican sobre él. Como no le importa nada pues ahí tiene el resultado, incluso en los grandes medios estatales donde le tendrían que tener algún respeto, no por nada, sencillamente porque es el jefe de una formación que ha ganado las elecciones. ¡Qué va! Si no desprecias al presidente eres un paniaguado y además no te darán espacio y voz en la televisión estatal pública o, en cualquier caso, mucho menos que aquellos que hacen diariamente el ejercicio desde esa tribuna de insultar, vituperar y a reírse de la persona que preside el consejo de ministros. Esta es la verdad y la verdad es siempre la verdad.

Como el cronista ya peina algunas canas y ha visto algunas cosas, tengo que acabar este 'post' escribiendo esto: el marco actual de Mariano Rajoy me recuerda en demasía los días finales del presidente Adolfo Suárez. Lo peor que le puede pasar a un jefe ejecutivo en ejercicio es que se le pierda el respeto y hasta el miedo democrático. Es el caso.