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Graciano Palomo

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El PP, que continúa siendo una formidable organización política, necesita cambios en todas sus estructuras. Comenzando por la secretaria general

Foto: Mariano Rajoy. (EFE)
Mariano Rajoy. (EFE)

Es comprensible la inquietud y el desconcierto que embargan al Partido Popular. Más a las bases que a los propios dirigentes, según tengo acreditado. Mariano Rajoy es un dirigente muy curtido; llegó a "rescatarse" a sí mismo cuando en el año 2016 parecía que se iría por el desagüe. Antes, cuando perdió las elecciones en el 2008 frente al frugal Zapatero. De modo, que tiene acreditada una larga carrera como superviviente.

Ahora, la cosa está más cruda desde el punto de vista partidario. Ahora el centro derecha no se queda en las siglas PP. Le ha surgido un grano de considerables proporciones de color naranja. Lo más curioso de la coyuntura es que entre los observadores políticos más reconocidos no se debate si el próximo gobierno será de tintes distintos al actual. No. Todo el mundo da por descontado que el poder nacional se quedará en el mismo espectro. El desastre de la izquierda (Madrid) es perfectamente descriptible.

Ahora, la cosa está más cruda desde el punto de vista partidario. Ahora el centro derecha no se queda en las siglas PP

La cuestión, por tanto, salvo milagros de última hora (alguna vez ocurre, 2004) es si el partido ganador será Ciudadanos o el PP. Esto ocurre (en las encuestas por el momento), además, por el desgaste natural en el ejercicio de gobierno en momentos tan complejos, por la incansable determinación de Rajoy de sostenerlo todo, ajeno por completo a las naturales necesidades de cambio. El tiempo no resuelve nada, casi nunca.

El PP, que continúa siendo una formidable organización política, necesita cambios en todas sus estructuras. Comenzando por la secretaria general, entre otras cosas, porque las mechas de las banderías (tan letales) han prendido en el corazón del partido. ¿El problema es Mariano? Quizá también. No se gobierna durante siete años en circunstancias tan difíciles sin dejar pelos en la gatera y con tantos payasetes alrededor creyéndose estadistas.

Me dice un destacado, aunque relativamente joven, dirigente popular que si el ticket electoral lo encabezara Núñez Feijóo el PP subiría 'ipso facto' diez puntos.

Está por ver.

Es comprensible la inquietud y el desconcierto que embargan al Partido Popular. Más a las bases que a los propios dirigentes, según tengo acreditado. Mariano Rajoy es un dirigente muy curtido; llegó a "rescatarse" a sí mismo cuando en el año 2016 parecía que se iría por el desagüe. Antes, cuando perdió las elecciones en el 2008 frente al frugal Zapatero. De modo, que tiene acreditada una larga carrera como superviviente.

Mariano Rajoy