Los 'Nadal power' o 'el honor de los Prizzi'

Hay cosas en el ejercicio del poder por parte de Mariano Rajoy que son realmente inexplicables (políticamente, 'of course'). Todo el mundo opina (incluidas gran parte de sus mesnadas) que en lugar de presidir un Consejo de Ministros cree que está al mando del consejo de administración de un estanco.

En un Consejo de Ministros, además de saber algo sobre algo, sus miembros deberían conducirse como políticos, esto es, entender por dónde sopla el aire, cómo vive la población que les paga sus sueldos, coches oficiales y demás mamandurrias varias; perseguir, claro está, que las cuentas cuadren, pero al mismo tiempo que ese Gobierno represente de alguna forma la sensibilidad del pueblo al que debe servir. Este es el Gobierno con menos conocimiento del pueblo contribuyente y pagano de toda la historia reciente, ¡que ya es decir!, los del infausto Rodríguez Zapatero, incluidos.

Si el presidente no cambia a una serie de ministros el drama estará servido en frío y con antelación

Es un grito sordo en el grupo parlamentario popular y en Génova 13, por no explicitar los cuadros de provincias y aún votantes del PP, que si el presidente no cambia a una serie de ministros el drama estará servido en frío y con antelación.

Quizás el paradigma de encefalograma plano (políticamente, 'of course') sea el que ocupa (dicen) el despacho del ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, un tal Álvaro Nadal Belda, que ni está ni se le espera. Es más, ni siente ni padece. Es todo lo contrario a un ministro en ejercicio de un país como España donde lo emocional es parte sustantiva del quehacer público. Se ha enfrentado a todo Cristo en lo referido al capital tema energético; el turismo va como un tiro (gracias a empresarios y profesionales del sector) y en cuestiones digitales se están haciendo cosas pero no se ha enterado ni el último pastor de las Hurdes.

Pero ahí le tienen, tirando de la 'family'. Un hermano, Alberto, oficiando en calidad de secretario de Estado de Presupuestos; dice el presidente que son los más "sociales" de la historia de España. Puede ser cierto, pero no se lo cree ni el cortador de jamón de Alpedrete. El señor don Álvaro hasta se pudo permitir el lujo de dejar a su cuñada Eva Valle en su anterior mamandurria gubernamental, esto es, como directora de la Oficina Económica de la Presidencia. Estéticamente, impresentable. Políticamente, letal.

Se preguntan en el PP. ¿Estos señores Nadal han llevado acaso media docena de votos a la cesta del partido?

Supongo que no hace falta que les concluya la pregunta. Convendrán conmigo que la sosería política (junto a una chulería y altanería sin causa) tiene premio. Por ahora.