PP: la gran tarea de Feijóo

Fieles a nosotros mismos, la opinión publicada se ha lanzado en tromba en busca del sustituto de Mariano Rajoy, con el argumento 'ad hominem' en ristre. El líder, en efecto, es importante pero en el caso del Partido Popular hay otros elementos de mayor calado en la refundación largamente pedida y que ahora cae por su propio peso.

Sostengo desde hace mucho tiempo –así se lo demandé modestamente desde este Palo Alto al dimitido presidente - que la derecha y el centro derecha en España tenía una cuestión previa que resolver antes de cualquier afán: la búsqueda (desesperada o no) de su propio ser ideológico en la adaptación a los nuevos tiempos, despojándose de viejas etiquetas, arrojando por la ventana los sambenitos básicos que siempre han presidido la imagen ante los adversarios y aún enemigos. Solo de esa forma, me parece, los complejos descriptibles les permitirá ser más libres y avanzar seguros y firmes.

Opinión

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No tengo la menor duda –no hay otros competidores con posibilidades reales en la parrilla de salida- de que el testigo de Mariano Rajoy durante catorce abigarrados e inquietantes años pasará a manos de otro gallego de Ourense. En ese argumento 'ad hominem' interesa la letra pequeña, esto es, el acuerdo en la cocina del PP entre el más que probable nuevo líder y los corolarios que representan la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y la exvicepresidenta Soraya Saénz de Santamaría.

Insisto, ello es importante, pero lo es aún más si el nuevo PP incorpora a su ADN aplicar el 'método Wasserman' a los dirigentes y cargos públicos, si adopta mayoritariamente abrazar el liberalismo o el conservadurismo, si hace bueno el principio de que las responsabilidades institucionales y públicas se hacen bajo el frontispicio de la cultura del mérito o si va a ocurrir como hasta ahora sobre la base del amiguismo o la cercanía al comandante en jefe. Solo así podrán desembarazarse de gentes como, por ejemplo, José Manuel Garcia-Margallo, el conspirador termita que arrasa con todo lo que encuentra a su paso. Si abraza la ecología como valor esencial; si a nadie que no gane en su pueblo o su demarcación electoral se le compensa luego con responsabilidades nacionales; si, en efecto, son capaces de captar electores de nuevo cuño y no comprobar como sus antiguos votantes se van muriendo.

Feijóo sabe que es cuestión de mera supervivencia. Lo repito: revolución o muerte.