Los progubernamentales pierden el oremus

Es difícil entender algunas cosas de las que suceden en España. Lo que antes era un desastre (¡y lo era!) ahora resulta que es un milagro de la Moreneta. No me extraña que radios, televisiones y prensa escrita sean puestos en almoneda. En ocasiones con razón; en otras sin ella.

Comprendo por un lado la inquina ideologizada a Mariano Rajoy; puedo entender el entusiasmo por el desatranque de algunas cosas. Lo que no puedo comprender es algo obvio. Por ejemplo, que ante un mismo hecho (decretazos gubernamentales, sin ir más lejos) antes fuera una anomalía democrática y ahora sea interpretado como un hilo de vida.

TE PUEDE INTERESAR

El Congreso aprueba los Presupuestos de Rajoy en la tramitación más rocambolesca

Javier G. Jorrín

La democracia es el gobierno de la mayoría y el respeto por la minoría. Ya hemos comprobado que eso era posible en España desde 1977. La mayoría en el Congreso de los Diputados es la que le ha dado la mayoría a Pedro Sánchez. Legal y legítimo. Nada que objetar. Pero ello no puede hacer creer y mucho menos decir a los progubernamentales, que han salido como hongos, que el gobierno socialista ha surgido directamente de las urnas. Prueba de ello es que el presidente trata de ganar tiempo en el poder para, llegado el caso, ser el primero en las urnas. Insisto: sin que ello merme la capacidad y soberanía del nuevo Ejecutivo.

Simplemente, dejar constancia que los hechos son los hechos (sagrados) y las opiniones libres. Esas opiniones tienen valor cero si se argumenta con una mentira.