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Por dinero, que no sea

Gastar, los gobiernos socialistas españoles han dado buena cuenta de ello, es lo más fácil del mundo. Incluso lo que no se tiene

Foto: La ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño. (EFE)
La ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño. (EFE)

La ministra de Economía, Nadia Calviño, a la que Carlos Sánchez ha definido imperialmente en sus seis semanas de poder, ha dicho que el objetivo de déficit del anterior gobierno era algo "irreal". Ella sabrá, porque durante sus largos años en la Comisión Europea negociaba como una leona con los gobiernos nacionales por una décima de centésima en el gasto público. Les amenazaba con las siete plagas de Bruselas si osaban gastar más de lo que tenían. Ahora se le ha aparecido Pablo de Tarso y dice que el Gobierno gastará 0,5 puntos más en el 2018 y otro porcentaje similar en el 2019.

Gastar, los gobiernos socialistas españoles han dado buena cuenta de ello, es lo más fácil del mundo. Incluso lo que no se tiene.

"Ya veremos si cuando se vayan no descubrimos lo de antaño: aquel déficit era en realidad un 11 que a punto estuvo de llevarse el país por delante"

A millones de españoles nos importa una higa que para hacer el amor a una mujer tenga que firmar la enamorada —por exigencias de la señora vicepresidenta— un certificado de consentimiento. Lo que nos importa mucho es que se juegue con nuestro dinero con destino a confetis y pólvora hueca. Nunca olvidaré aquel aserto de Rodríguez Zapatero cuando recibió en Moncloa al variopinto presidente cántabro que le pedía dinerito para la verde y bella región en la que mandaba, por cierto, sin haber ganado nunca unas elecciones.

—Por dinero, Miguel Ángel, no te preocupes… Tengo la caja llena.

Foto: La ministra de Economía, Nadia Calviño. (EFE) Opinión

Ya sabemos cómo acabó esa milonga. Bajando las pensiones. Los que están en el ajo de la inicial andadura del gobierno socialista se echan las manos a la cabeza. Amplían el aparato burocrático sin mesura, crean observatorios, comisiones, comisionados, prometen inversiones descomunales, suben las nóminas…

Ya veremos si cuando se vayan (si se van) no descubrimos lo de antaño: aquel déficit del 8 era en realidad un 11 que a punto estuvo de llevarse el país por delante.

Siempre nos habían dicho que sus maestros ideológicos les enseñaron que una de las pruebas del carbono del buen socialista era ser y parecer austeros.

La ministra de Economía, Nadia Calviño, a la que Carlos Sánchez ha definido imperialmente en sus seis semanas de poder, ha dicho que el objetivo de déficit del anterior gobierno era algo "irreal". Ella sabrá, porque durante sus largos años en la Comisión Europea negociaba como una leona con los gobiernos nacionales por una décima de centésima en el gasto público. Les amenazaba con las siete plagas de Bruselas si osaban gastar más de lo que tenían. Ahora se le ha aparecido Pablo de Tarso y dice que el Gobierno gastará 0,5 puntos más en el 2018 y otro porcentaje similar en el 2019.

Nadia Calviño Gasto público Moncloa