Marlaska, de la prédica al trigo

El enorme quilombo en la frontera de Ceuta con situaciones de violencia insostenible pone al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, entre la toga y la pared. El juez, que lo fue del CGPJ gracias al Partido Popular y ahora es nada menos que ministro del Interior por mor del PSOE, tiene la doble obligación de respetar los derechos humanos de los migrantes, por un lado, y de garantizar la seguridad y el respeto de las Fuerzas de Seguridad a su mando directo.

Comprueba ahora que una cosa es dictar sentencias al socaire de la interpretación de la ley en el silencio de su despacho, sin prisa y en ausencia de aspavientos, y otra muy distinta dirigir la gobernación de un país que le paga. Bien es cierto que también se le pagaba antes.

TE PUEDE INTERESAR

Más de 20 guardias civiles heridos, algunos por cal viva, tras el salto a la valla de Ceuta

EC/Agencias

Grande-Marlaska —con sus condicionantes— es un tipo inteligente y leído. De ello no hay duda alguna. Pedro Sánchez —¡ignoro todavía la razón!— le distinguió con un ministerio clave, esencialmente político y el exjuez aceptó. No sé si a estas alturas ha suscrito ficha de afiliación al PSOE como ha hecho su otrora compañera en la Audiencia Nacional, Margarita Robles. Me da exactamente igual.

Lo que no me da igual como contribuyente es que los prejuicios 'ad hoc' se sustancien en flautas arguinaldadas y, al final, se ponga el carro delante de los bueyes. Él sabe a lo que me refiero. Su misión fundamental, creo, es garantizar el respeto al Estado Español, sus leyes y su soberanía, por encima de cualquier anatema 'semiprogre'.

"Su misión fundamental, creo, es garantizar el respeto al Estado Español, sus leyes y su soberanía, por encima de cualquier anatema 'semiprogre'"

Va a tener mucho trabajo este verano. Hemos puesto nuestra confianza en sus manos porque un señor que viene de servir al Estado revestido de toga no puede ahora hacer brindis al sol con asuntos de comer.

So pena de que desee en su fuero interno que en España surjan fuerzas xenófobas (en realidad en Cataluña ya hay varias y con coche oficial), de corte 'fascistoide' y radicalmente antieuropeas.

¡Ni me lo quiero imaginar!