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Es la economía, estúpidos
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Graciano Palomo

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Es la economía, estúpidos

Algunos significativos empresarios se quejan de que el actual Gobierno parece conceder escasa importancia a la economía. Es el asunto que más preocupa a los españoles

Foto: El traspaso de la cartera de Economía a la actual ministra, Nadia Calviño. (EFE)
El traspaso de la cartera de Economía a la actual ministra, Nadia Calviño. (EFE)

A José Luis Rodríguez Zapatero se lo llevó la riada cuando no supo entender que la crisis era un leviatán que haría retroceder España décadas. Lo pagó caro, el PSOE quedó en la marginalidad y el propio expresidente quedó en el más absoluto de los ridículos cuando tuvo que agachar la cabeza ante Merkel y Obama en episodios que todavía están por escribir en su literalidad.

Durante algunas conversaciones que mantuve entonces con un diputado de base llamado Pedro Sánchez –que ya apuntaba ambición-, el economista dejó caer que eso nunca le ocurriría a él si tuviera ocasión de estar al timón del país.

Foto: José Luis Rodríguez Zapatero presenta su libro 'El Dilema' (EFE)

Algunos significativos empresarios se quejan de que el actual Gobierno parece conceder escasa importancia a la economía. Es el asunto que más preocupa a los españoles, mucho más que otras cuestiones que se refieren a temas del pasado. Algunos nubarrones aparecen en el horizonte; aunque el crecimiento del PIB mantiene unos dígitos aceptables parece claro que hay una ralentización latente preocupante y a no perder de vista.

La ministra de Economía, la eurócrata Nadia Calviño, está desaparecida en combate. Su gran problema es que no tiene fuerza política dentro del PSOE. Algo parecido le ocurrió a Pedro Solbes, quien tabulaba planes sensatos y realistas que saltaban por los aires cuando terminaban por imponerse los “intereses políticos”. Es una referencia a no olvidar.

"La economía, oiga, es algo tabulable, tangible, descriptible y, al final, deja poco margen a las veleidades en largas marchas"

Podría Pedro Sánchez hacer malabarismos -¡que los hace!- en el inevitable problema catalán; podría demostrar que enseña a Europa cómo abordar el problema de los inmigrantes; sería capaz de dar sopas con onda a los que le llevaron hasta el poder, pero si la economía no funciona, el paro crece y la inversión se evapora, durará menos que un chupa chups a la puerta de un 'kindegarten'.

La economía, oiga, es algo tabulable, tangible, descriptible y, al final, deja poco margen a las veleidades en largas marchas.

Hay preocupación.

A José Luis Rodríguez Zapatero se lo llevó la riada cuando no supo entender que la crisis era un leviatán que haría retroceder España décadas. Lo pagó caro, el PSOE quedó en la marginalidad y el propio expresidente quedó en el más absoluto de los ridículos cuando tuvo que agachar la cabeza ante Merkel y Obama en episodios que todavía están por escribir en su literalidad.

Pedro Sánchez Nadia Calviño Ministerio de Economía