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Graciano Palomo

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Impuestos y clase media

En este asunto capital para la supervivencia del socialismo en el poder, el presidente y su Gobierno saben que pueden dar una larga cambiada a las pretensiones de sus socios

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso. (EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso. (EFE)

Entiendo la desazón de ministros y dirigentes socialistas en general ante el envite que sus socios parlamentarios preferentes (Podemos) han dejado sobre la mesa: la subida de impuestos a clases altas y empresas.

Desde el punto de vista estrictamente político hay poco que objetar al respecto; es algo que va de suyo desde esas posiciones políticas. El problema es delimitar dónde residen las “rentas altas” un concepto distinto y hasta distante. ¿40.000 euros de ingresos brutos? ¿60.000?

Foto: El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, este 11 de abril en rueda de prensa en Ferraz. (EFE)

El presidente Sánchez, que es economista de formación, sabe perfectamente que se trata de una “cuestión de comer”, nunca mejor escrito, y una cuestión de amplio sentir electoral. En el mejor de los supuestos, la legislatura (atendiendo a los resultados que pueda ofrecer el pueblo en mayo del próximo año con las locales, autonómicas y europeas) durarán año y medio. En esos asuntos (más que en los estrictamente ideológicos) se juega el poder, ahora que parece haber recuperado la iniciativa y lidera los sondeos.

La clase media ha sido la clave en los avances de todo tipo que en España se han producido en las últimas cuatro décadas. Esa clase media que derribó las puertas al campo, solidaria y progresista y que, mayormente, se viene a situar en el centro y no sólo político. Si se le mete un rejonazo reaccionará, quizá silenciosamente, pero su reacción se hará notar. Seguro.

"Sánchez, que es economista de formación, sabe perfectamente que se trata de una “cuestión de comer” y de amplio sentir electoral"

En este asunto capital para la supervivencia del socialismo en el poder, el presidente y su Gobierno saben que pueden dar una larga cambiada a las pretensiones de sus socios que, aunque disputan un similar espacio electoral, son formaciones de alma distinta.

Los impuestos, en sociedades democráticas y avanzadas, son la “última ratio” al que pueden acudir los gobiernos. Le sucedió a Rajoy nada más llegar al poder. Luego no se recuperó nunca.

Entiendo la desazón de ministros y dirigentes socialistas en general ante el envite que sus socios parlamentarios preferentes (Podemos) han dejado sobre la mesa: la subida de impuestos a clases altas y empresas.

Pedro Sánchez