Es noticia
¿Qué hacemos con Pablo?
  1. España
  2. Palo Alto
Graciano Palomo

Palo Alto

Por

¿Qué hacemos con Pablo?

Hasta el momento, el presidente popular ha hecho lo que tenía que hacer. Ir en busca de los que se encontraban huérfanos y desasistidos

Foto: El presidente del Partido Popular, Pablo Casado. (EFE)
El presidente del Partido Popular, Pablo Casado. (EFE)

Observo a diario que el frente mediático progubernamental –amplio, abigarrado, fuenteovejunesco y sumamente interesado al que se han sumado algunos de nuevo cuño que abrevaron durante años en predios nítidamente conservadores– está a punto de perder el oremus democrático y, lo que es más preocupante, el sentido de la realidad.

Digo y escribo que se conducen como si el nuevo y venerado líder, al más puro estilo caribeño, hubiera inventado el bálsamo fierabrás. Lo que realmente hay es algo tan simple como que ha llegado al poder mediante una moción de censura 'contra' más que 'a favor'. Sigue contando con 84 diputados; se pongan como quieran.

"Me consta que muchos votantes y afiliados del Partido Popular andan preocupados con el tema del máster que afecta a su recién elegido líder"

Bien. Ese frente, antes ferozmente opositor con razones y sin ellas, camina ahora con el garrote en la mano. No contra el poder, que debería ser lo suyo en puridad democrática desde que Emil Dovifat formuló aquello del contrapoder, sino contra el que pudiera amenazar sus posiciones ideológicas y mamandurrias.

Me consta que muchos votantes y afiliados del Partido Popular andan preocupados con el tema del máster que afecta a su recién elegido líder y la última esperanza azul del centro-derecha. No tengo idea acerca de qué puede deparar semejante asunto. Tampoco puede esconderse a la hora del análisis. Esa es la diferencia entre aquellos ejercicios talibanes y el ejercicio del periodismo sin orejeras. De modo y manera que existe también otra proporción de interesados en poner el cuerpo de Pablo Casado a calentarse en una parrilla similar a la de San Lorenzo. Como tiene 37 años –nació siete años después del fallecimiento de Franco– tiene que asirse a lo que puede. Ponga un máster en su vida…

Foto: Casado durante su visita este miércoles a Algeciras para conocer la situación de la crisis migratoria. (Reuters)

Hasta el momento, el presidente popular ha hecho lo que tenía que hacer. Ir en busca de los que se encontraban huérfanos y desasistidos. Tanta preocupación en los lares en los que se le califican -¿por dinero?- de “Salvini” o “franquista” es ciertamente sospechosa.

El tiempo dirá el resto.

Observo a diario que el frente mediático progubernamental –amplio, abigarrado, fuenteovejunesco y sumamente interesado al que se han sumado algunos de nuevo cuño que abrevaron durante años en predios nítidamente conservadores– está a punto de perder el oremus democrático y, lo que es más preocupante, el sentido de la realidad.

Pablo Casado