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Lo de Soraya y Casado
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Graciano Palomo

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Lo de Soraya y Casado

Desde las altas instancias populares —que no siempre tienen que ocupar secretarías— se presiona al presidente popular para que haga lo posible para recuperar a Saénz de Santamaría

Foto: Soraya Sáenz de Santamaría junto a Pablo Casado en el Congreso antes de verano. (EFE)
Soraya Sáenz de Santamaría junto a Pablo Casado en el Congreso antes de verano. (EFE)

Baten palmas y tambores los agrupados (todos) bajo la brunete mediática progubernamental. El duelo Soraya/Casado está servido. Les permitirá degollar a las primeras de cambio al joven diputado por Ávila. Al mismo tiempo, el teórico desangre interno popular permitiría desviar la atención sobre el aumento del paro, el brutal aumento del gasto ordinario, el nepotismo, los enchufes, las purgas masivas en RTVE y, en definitiva, la contradicción insostenible que hay entre el predicar para los demás y vivir para uno.

Ignoro lo que terminará haciendo Soraya Sáenz de Santamaría, pero tengo una cierta idea sobre sus dudas hamletianas que le embargan. A sus 47 años, lo ha sido prácticamente todo en la vida política y el resto de su vida profesional lo dedicó a servir, en calidad de abogada, al Estado. Denostada por aquellos a los que no dio satisfacción tiene la tentación de volver al reingreso ("a poner estampillas en cualquier oscuro negociado", me decía con sorna no hace mucho tiempo), irse al sector privado cuando se cumplan los plazos de incompatibilidad o seguir en política coadyuvando con su nuevo jefe Pablo Casado a levantar al centroderecha.

A sus 47años, lo ha sido prácticamente todo en la vida política y el resto de su vida profesional lo dedicó a servir, en calidad de abogada, al Estado

O poco conozco a la dama vallisoletana o no levantará bandera contra el ganador del Congreso Extraordinario. Sería de poco inteligente y la exvicetodo podrá ser lo que a uno le venga en gana, menos eso.

Desde las altas instancias populares —que no siempre tienen que ocupar secretarías o vicesecretarías— se presiona al presidente popular para que haga todo lo posible para recuperar a Sáenz de Santamaría. Resultaría una medida muy propia del "Casado style", pero, sobre todo, dejaría clara de una vez por todas la voluntad de integración. Solo desde la perspectiva de la integración puede llegar al Olimpo. Incluso un tipo tan hosco como Aznar lo hizo en los años 90.

Baten palmas y tambores los agrupados (todos) bajo la brunete mediática progubernamental. El duelo Soraya/Casado está servido. Les permitirá degollar a las primeras de cambio al joven diputado por Ávila. Al mismo tiempo, el teórico desangre interno popular permitiría desviar la atención sobre el aumento del paro, el brutal aumento del gasto ordinario, el nepotismo, los enchufes, las purgas masivas en RTVE y, en definitiva, la contradicción insostenible que hay entre el predicar para los demás y vivir para uno.

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