"¡Os vais a enterar...!"

Lo del doctorado en una diminuta universidad privada, con connotaciones católicas, le ha sentado como una patada en el hígado al presidente Sánchez. Es entendible humanamente. Sin embargo, salvo que él mismo lo considere una cuestión de vida o muerte (la tesis) no parece que su "rabia" incontenida sea muy propia de un primer ministro en ejercicio. Desde luego, yo no había visto y comprobado nada parecido desde que en España se restauró la democracia.

Adolfo Suárez aguantó de todo en sede parlamentaria de Felipe González y Manuel Fraga; Felipe tuvo que escuchar de labios de Aznar improperios e incluso "pasadas" dialécticas. Aznar ni te cuento de Almunia y Zapatero. ZP le cantó la Traviata a Mariano Rajoy. Y del gallego se llegaron a pronunciar epítetos irreproducibles.

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EC

"¡Os vais a enterar…!" El nerviosismo de Sánchez tiene que responder a algo. Él que se pone el mundo por montera y en frase lapidaria de su vicepresidenta (Carmen Calvo) en escasas semanas marca el rumbo en Europa.

Patinazos los tiene cualquiera. No quiero ni deseo estirar la cuerda histórica de acontecimientos que preludiaron la tragedia española precisamente en ese mismo hemiciclo. Creo que la templanza, incluso entre los ciudadanos de a pie como es mi caso, se hace tan necesaria como el agua cristalina porque ya hay demasiadas voces "guerrocivilistas" que terminarán por ahogar nuestro futuro y el de nuestros hijos.

¡Os vais a enterar…! La frase se dijo. Punto. Podía el señor presidente haberla retirado y santas pascuas. Prefirió negar la evidencia grabada. Luego han venido otras advertencias a los que han osado tirar de los folios de la UCJC.

Señor presidente, ¿qué es esto? Mande a Rivera al infierno, si puede, pero no amenace. No queda fino y, además, Iván Redondo le va a echar una bronca y hasta le puede dejar solo.