Es noticia
¿Qué esperabas, Pedro Duque?
  1. España
  2. Palo Alto
Graciano Palomo

Palo Alto

Por

¿Qué esperabas, Pedro Duque?

La ingenuidad del ministro Duque respecto a lo que ocurre en los braserillos de la alta política —en determinados casos claramente cloacas— es, para mí, un motivo de esperanza

Foto: El ministro de Ciencia, Pedro Duque, en el pleno del Congreso. (EFE)
El ministro de Ciencia, Pedro Duque, en el pleno del Congreso. (EFE)

Me cae bien este ministro. Según me cuentan, está trabajando en silencio tratando de cuadrar el círculo de la investigación en España y, además, se conduce y se pronuncia con la libertad de ser un número uno y tener el pan asegurado gracias a su talento.

Es un novato en lides políticas, pero ha tenido buen cuidado en no pronunciarse respecto a la tesis académica de su jefe. ¡Por si acaso! Ha dicho algo entrañable al respecto: "Da miedo que te revisen el pasado…". ¡Hombre, Pedro!, dará miedo a los que tengan algo que ocultar y cuyos procederes no se correspondan con la prédica.

Foto: Pedro Duque, en defensa del cómico Rober Bodegas (EFE/Mariscal)

A unas horas de ser nombrado ministro y cuando todavía no tenía ni despacho oficial, le pregunté en los camerinos de Antena 3 sobre la razón o razones que le habían llevado a aceptar un puesto de ministro en un gobierno que no había ganado unas elecciones y que se había emparentado con secesionistas cuando él ha dejado señas, incluso en el espacio, de su identidad netamente española.

—Bueno —balbuceó el astronauta—, creo que ha llegado el momento de hacer algo por mi país y tratar de poner en prácticas unas cuantas ideas respecto a una asignatura siempre pendiente en España como es la investigación…

Tengo para mí que el ministro más popular y respetado del gobierno Sánchez anda "alucinado" con las cosas que oye en el Consejo de Ministros


Compré el argumento. Tengo para mí que el ministro más popular y respetado del gobierno Sánchez anda "alucinado" con las cosas que oye en el Consejo de Ministros y de las cosas que descubre en los currículums de algunas de las personas que se sientan alrededor de la mesa monclovita desde donde, teóricamente, se gobierna el país.

La ingenuidad del ministro Duque respecto a lo que ocurre en los braserillos de la alta política —en determinados casos claramente cloacas— es, para mí, un motivo de esperanza.

Cosa distinta es el tiempo que continúe subido a coche oficial. Por una razón o por otra.

Me cae bien este ministro. Según me cuentan, está trabajando en silencio tratando de cuadrar el círculo de la investigación en España y, además, se conduce y se pronuncia con la libertad de ser un número uno y tener el pan asegurado gracias a su talento.

Pedro Duque