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Presidente: ¿entiende usted lo que son las cosas de comer?
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Graciano Palomo

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Presidente: ¿entiende usted lo que son las cosas de comer?

Bandazos, rectificaciones y anuncios anulados a la hora siguiente son el resultado del quehacer de un jefe de gobierno empeñado en mostrarse al mundo como un estadista

Foto: La ministra de Economía, Nadia Calviño. (EFE)
La ministra de Economía, Nadia Calviño. (EFE)

Paseándose por la Quinta Avenida, rodeado de ocho guardaespaldas como si en Nueva York le conociera alguien, gastando dinero del contribuyente a espuertas difícilmente justificable, Pedro Sánchez pareciera que fuera el administrador de un país de jauja donde el dinero cae por las chimeneas a chorros.

Justamente a esa hora, el Fondo Monetario Internacional (FMI) hacía público un informe demoledor y concluyente: no creen en la política económica de Sánchez. Esto a él, a la vista de los resultados, le importa un pimiento morrón. Antes el Banco de España, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, media docena de Servicios de Estudios con prestigio y el propio ministerio de Economía han venido alertando de algo obvio: sin estabilidad política, sin certidumbres y una miaja de seguridad jurídica se pone en riesgo el crecimiento económico, la creación de empleo, esto es, que todo el esfuerzo realizado por los ciudadanos españoles para superar la crisis de los últimos años se irá por el sumidero.

Se equivoca Sánchez si cree que a una mayoría de ciudadanos les importa más el traslado de la momia que el mantenimiento de su puesto de trabajo

Bandazos, rectificaciones, anuncios anulados a la hora siguiente, desautorizaciones, gasto administrativo 'bokassiano', son el resultado del quehacer de un jefe de gobierno empeñado en mostrarse al mundo como un estadista sin par, agarrado como percebe a la roca al poder mientras desprecia los avisos de que Roma está ardiendo por los cuatro costados.

Se equivoca el presidente Sánchez si cree que a una inmensa mayoría de ciudadanos les importa más el traslado de la momia que el mantenimiento de su puesto de trabajo. Se equivoca el jefe de Gobierno (84 escaños) si cree que a una inmensa mayoría de españoles les importa más dar satisfacción a los que quieren volar el Estado que realizar una política económica sensata, realista y de ahorro en las cosas superfluas. Ahí está el último desbarre con el aumento de las pensiones ligadas al IPC.

Se lo debería decir la eurócrata que trajo de Bruselas ("con engaños", comentan en los aledaños de 'Nada' Calviño) pero la ministra de Economía no tiene en el Gobierno y mucho menos en el PSOE, voz ni voto.

Paseándose por la Quinta Avenida, rodeado de ocho guardaespaldas como si en Nueva York le conociera alguien, gastando dinero del contribuyente a espuertas difícilmente justificable, Pedro Sánchez pareciera que fuera el administrador de un país de jauja donde el dinero cae por las chimeneas a chorros.

Pedro Sánchez Ministerio de Economía IPC