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Pido Plaza en Lledoners
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Graciano Palomo

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Pido Plaza en Lledoners

Si hace tres años nos hubieran dicho que un dirigente de un partido pide audiencia a un preso con ribetes golpistas, concluiríamos que eso solo podría ser en Zimbabue

Foto: El líder de Podemos, Pablo Iglesias. (EFE)
El líder de Podemos, Pablo Iglesias. (EFE)

—Si hace tan solo tres años nos hubieran dicho que un dirigente de un partido español con cinco millones de votos pide audiencia a un preso con ribetes golpistas para aprobar los Presupuestos, concluiríamos que eso podría ser en Zimbabue.

—Si hace dos años nos hubieran dicho que se podía gobernar con 84 diputados, apoyado ese gobierno en separatistas, proetarras y comunistas con porte caribeño, habríamos pedido de inmediato el teléfono de un psiquiatra.

—Si hace año y medio alguien nos hubiera dicho que un jefe de Gobierno mantendría en el gabinete a una ministra con muy serios problemas de toda índole (por sus relaciones con un juez prevaricador y policías a la espera de juicio) hubiéramos concluido que nos estarían hablando de un lugar del Tercer Mundo.

Foto: La ministra de Economía, en un desayuno informativo el 11 de septiembre de 2018 en Madrid. (EFE)

—Si hace seis meses nos hubieran dicho que el vicepresidente "de facto" de un gobierno teóricamente socialdemócrata se llama Pablo Iglesias, definitivamente habríamos llegado a la conclusión de que España camina rumbo a lo desconocido.

—Si hace cuatro meses nos hubieran dicho que una eurócrata inflexible iba a ser nombrada ministra de Economía en un gabinete teóricamente del PSOE y que una vez en el gobierno intentaría madrugar a sus colegas de Economía en Bruselas habríamos corrido a lavarnos los ojos por si estuviéramos soñando.

Por todo lo anterior y por lo que venga (que previsiblemente será mucho) pido plaza en Lledoners que, según leo, se parece más a un hotel de cuatro estrellas (semilujo) que a una prisión de esas feroces que ha levantado el fachoso, irredento y opresor Estado español.

—Si hace tan solo tres años nos hubieran dicho que un dirigente de un partido español con cinco millones de votos pide audiencia a un preso con ribetes golpistas para aprobar los Presupuestos, concluiríamos que eso podría ser en Zimbabue.