El grito de Alemania en Madrid

Me ha impresionado el discurso directo, reivindicativo y claro del presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier en su reciente visita de Estado a Madrid. Dirigiéndose al rey Felipe le espetó: "Me complace que mi país cuente con usted como leal defensor de la democracia, del Estado de Derecho, de la sociedad abierta y de la integración europea…".

Repito, lo dice el jefe de Estado alemán. Para añadir: "Alemania sabe que usted garantiza la estabilidad en una España fuerte, unida…". Es, en efecto, el deseo que han expresado todas las democracias solventes del mundo.

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Juanma Romero. Sevilla

Unos días antes, un Parlament regional había reprobado al Rey entre grandes dosis de impasividad y pasotismo. Pese a los separatistas catalanes, los populistas con ADN comunista, los filoetarras, la extrema derecha flamenca y transalpina y curas trabucaires, el Rey sigue siendo Rey constitucional que no se aparta un ápice de su rol que la ley le garantiza. En ocasiones me pregunto si todo ese conglomerado antiespañol (a la vez intensa y genuinamente hispano) habrá siquiera echado una ojeada al mundo, sobre todo al mundo libre, más allá de los sueños gallináceos de hace cuatro milenios. Envalentonados en su propio detritus creen que el ayatolá Rohani, los ultraflamencos y el criminal Maduro se pueden alzar con el santo y la peana.

Hace una semana en Oviedo el rey Felipe lo dejó explícitamente claro. Nadie le apartará del imperio de la sensatez, la moderación y el arbitraje. Con una visión amplia y moderna de su propio papel en un mundo empequeñecido y global.

Si fuera por antiguallas en fondo y forma hay por dónde buscar y encontrar.