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Los de Podemos ya se matan por el cargo
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Graciano Palomo

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Los de Podemos ya se matan por el cargo

Lucha desaforada por el poder (ahí tiene el reciente caso de Galicia, Madrid, Canarias, etc…); culto a la personalidad de sus líderes

Foto: Rita Maestre. (EFE)
Rita Maestre. (EFE)

El sabio y muy rico refranero castellano tiene acuñado un dicho, un tanto prosaico si se quiere que reza: "prometer hasta… conseguir". Como no puede ser de otra forma, he seguido con enorme interés el devenir de ese inicial "movimiento" que se sustanció a partir del 15-M en el que un grupo de muchachos con clarísimo ADN neocomunista (que camuflaron hábilmente) encandilaron en menos de lo que dura una tertulia de 13TV, incluso de Intereconomía, nada menos que a cinco millones de españoles esencialmente desesperados y encorajinados con las cosas que estaban ocurriendo en su país al socaire de la corrupción y la crisis económica.

Bien. Hablaban entonces de poner todo patas arriba, derribar el maléfico régimen del 78, acabar con los reservados en los restaurantes, demoler las instituciones, empoderar al pueblo llano ante cualquier cuestión, rebajar los sueldos de los políticos, acabar con los coches oficiales, hacer saltar por los aires todo tipo de prebendas. Casi cuatro años después, ¿cuál es el panorama que ofrecen? Lucha desaforada por el poder (ahí tiene el reciente caso de Galicia, Madrid, Canarias, etc…); culto a la personalidad de sus líderes, pactos para repartirse los muchos y variados pasteles que ofrece el poder público en España, codazos por la foto, compadreos en forma de amiguismo y nepotismo a la hora del reparto de contratos, subvenciones y mamandurrias varias y otros largos etcéteras. Esta es la verdad. Y la verdad es siempre la verdad. Todo ello montado sobre el voto y la buena fe de muchos millones de españoles golpeados por el infortunio en forma de desempleo, precariedad laboral, carencias y dolor ante una existencia poco gratificante.

Cuatro años después podemos observar que el poder lo utilizan como los de antes a los que juraron dinamitar al amanecer. Ahí están los casos de la toma de RTVE y el reparto de cargos, 'bonus'; ahí está el caso de la Televisión de Castilla-La Mancha, denunciado por Ángel Villarino en este periódico, donde las prácticas podemitas son igual o más sospechosas que cuando ese ente se conocía por TeleCospe y los entonces desarrapados hoy opulentos ponía el grito en la pantalla: suculentos contratos a productoras de amiguetes creadas 'ad hominem' para recibir el contrato púbico. ¡Vergüenza! Lo mismo que antaño, solo que con las cifras corregidas y aumentadas.

Una vez en el machito se han dado cuenta de que estar acampados a la intemperie en la Puerta del Sol es más incómodo que subirse a un coche oficial con destino a Galapagar donde, cuando uno llega, la chimenea ya ha sido encendida.

Foto: La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. (Reuters)

El caso de las cuchilladas en el Ayuntamiento de Madrid es un botón de muestra que el poder corrompe incluso el color morado. Todavía más lamentable cuando la corrala es representada por una muchachada que vino dispuesta a parar el mundo y ahora solo les preocupa ir en las listas. Máxime cuando esa hoguera es atizada por una ancianita comunista y un exgeneral despechado que se subió a un reactor militar cuando Franco era su jefe.

Ser de izquierdas (Antonio Gramsci) es vivir como se predica.

El sabio y muy rico refranero castellano tiene acuñado un dicho, un tanto prosaico si se quiere que reza: "prometer hasta… conseguir". Como no puede ser de otra forma, he seguido con enorme interés el devenir de ese inicial "movimiento" que se sustanció a partir del 15-M en el que un grupo de muchachos con clarísimo ADN neocomunista (que camuflaron hábilmente) encandilaron en menos de lo que dura una tertulia de 13TV, incluso de Intereconomía, nada menos que a cinco millones de españoles esencialmente desesperados y encorajinados con las cosas que estaban ocurriendo en su país al socaire de la corrupción y la crisis económica.

Ayuntamiento de Madrid