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La toga de Marchena
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Graciano Palomo

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La toga de Marchena

La saga/fuga de Manuel Marchena no debería salir gratis a los que han perpetrado el desaguisado en forma de WhatsApp

Foto: El magistrado Manuel Marchena. (EFE)
El magistrado Manuel Marchena. (EFE)

Lo ocurrido con el juez Manuel Marchena viene a demostrar que, en efecto, hay que llevar a cabo reformas profundas e, incluso, una revolución, en el Poder Judicial que ya antes del 'affaire' Coisidó su todavía presidente, Carlos Lesmes, y los cuates que le rodean habían dejado el CGPJ para un funeral de cuatro estrellas.

Marchena, tan respetado por una inmensa mayoría de compañeros de profesión como criticado por algunas bocas bien, producto de campañas levantadas por abogados (sic) —expresidiarios—, siempre bajo sospecha, ha salido de la lista del CGPJ con la dignidad propia de un servidor del Estado, que ha cabalgado siempre a lomos de la ley. Me van a perdonar ustedes la petulancia, pero sé de lo que escribo.

Los que han intentado apretarle las clavijas sacando de mentira verdad y viceversa les va a salir el tiro por la culata. Porque presidiendo el juicio del 1-O ofrecerá cabal idea de su sentido de la Justicia, de las garantías que ofrece el Estado de Derecho y, al mismo tiempo, de la pervivencia del Estado constitucional.

La saga/fuga de Manuel Marchena no debería salir gratis a los que han perpetrado el desaguisado en forma de WhatsApp. A la política hay que llegar leído, aprendido y ordenado; si un dirigente político ignora lo que la mayoría de la población conoce, su jefe debe mandarle a un curso acelerado de aprendizaje o, lo más directo, a galeras.

Es el caso.

Lo curioso del caso es que mientras Marchena hace mutis, el juez que derribó a un gobierno, el mismo que daba conferencias, se supone que pagadas en las 'herriko tabernas', conspira con Baltasar Garzón y la tres veces reprobada ministra Delgado, sigue esperando cobrar su factura en una imagen tan antiestética como sospechosa. No tendría un pase en un país exportable del mundo libre.

Aquí, sí.

Lo ocurrido con el juez Manuel Marchena viene a demostrar que, en efecto, hay que llevar a cabo reformas profundas e, incluso, una revolución, en el Poder Judicial que ya antes del 'affaire' Coisidó su todavía presidente, Carlos Lesmes, y los cuates que le rodean habían dejado el CGPJ para un funeral de cuatro estrellas.

CGPJ Tribunal Supremo Baltasar Garzón