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¿Quién amamanta a Vox?
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Graciano Palomo

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¿Quién amamanta a Vox?

Yo creo que los que niegan la existencia misma de la Nación Española son una fábrica de votantes de Vox

Foto: El presidente de Vox, Santiago Abascal. (EFE)
El presidente de Vox, Santiago Abascal. (EFE)

Leo y escucho a diario opiniones encontradas respecto a quién ha conseguido que un partido como VOX haya irrumpido tan "violentamente" en el Parlamento andaluz. Vaya por delante algo obvio. Son los votantes los que transportan a los políticos a las instituciones. Dando valores democráticos y de representación por sentados, lo primero que tengo que decir es que los países democráticos del mundo libre se gobiernan con todas las garantías desde la moderación y el centrismo.

Yo creo que los que niegan la existencia misma de la Nación Española son una fábrica de votantes VOX. Los que la combaten desde el odio y la mala fe, son los mejores agentes de una formación nacida maldita para las alcantarillas de lo políticamente correcto. La desesperación y la pérdida de la esperanza en unas mínimas condiciones de vida son argumentos de primera magnitud para revolver el voto de una derecha extrema. Creo que toda la exageración conduce finalmente a la irrelevancia, aunque inicialmente tenga su dividendo en forma de votos. Exageración es pedir la supresión del Estado autonómico en lugar de luchar porque se corrigen las exageraciones y los aprovechamientos espurios. Esas exageraciones y aprovechamientos corruptos son los que han animado también a poner en pie —por ahora— el andamiaje de Abascal.

Amamantan a VOX los que niegan la evidencia de unas señas concretas de identidad en una sociedad descriptible como la española en sus principales rasgos configurados a lo largo de siglos. Y amamantan a VOX, finalmente, cuando los partidos convencionales y generalistas se zambullen en la marginalidad del fracaso en la gobernanza y producen la quiebra de las instituciones democráticas y representativas.

Todo el mundo tiene derecho a expresarse políticamente como le viene en gana. Siempre y cuando se conduzca dentro de los límites civilizados del respeto básico a los derechos humanos y a la balanza en los equilibrios entre mayorías y minorías.

Foto: El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, junto a Susana Díaz el pasado mes de mayo. (EFE)

El único que no se ha enterado de nada de lo que está ocurriendo en España y que tiene que ver con lo mollar de lo que en esta columna se describe es José Félix Tezanos, el que trabaja para Sánchez y pagamos todos nosotros. Una vergüenza como esta también amamanta a Vox.

No hay otra solución que visión estratégica por encima de la mera coyuntura, coherencia en los comportamientos personales y argumentario sólido y real. Como en su día ocurrió con Podemos, son las voces de la ira, estúpidos.

Leo y escucho a diario opiniones encontradas respecto a quién ha conseguido que un partido como VOX haya irrumpido tan "violentamente" en el Parlamento andaluz. Vaya por delante algo obvio. Son los votantes los que transportan a los políticos a las instituciones. Dando valores democráticos y de representación por sentados, lo primero que tengo que decir es que los países democráticos del mundo libre se gobiernan con todas las garantías desde la moderación y el centrismo.

Vox Parlamento de Andalucía