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Azaña llevaba razón: España ha dejado de ser caótica
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Graciano Palomo

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Azaña llevaba razón: España ha dejado de ser caótica

Lo curioso es que la históricamente "católica España" lleva lustros desenganchando su vida de las propuestas (palabras, no hechos) eclesiásticas romanas

Foto: Concentración de rechazo a que Franco sea enterrado en la Catedral de la Almudena. (EFE)
Concentración de rechazo a que Franco sea enterrado en la Catedral de la Almudena. (EFE)

Casi un siglo después de aquella famosa sentencia de Manuel Azaña cuando era ministro de la Guerra en el gobierno de la II República ("Hoy España ha dejado de ser católica") cobra justeza el aserto.

He leído estos días un severo informe sobre la percepción que los españoles tienen de su relación con las iglesias y, muy especialmente, con la Iglesia Católica. Tampoco se hace necesario recurrir a ningún estudio sociológico caro. Es una realidad que se puede tocar en las oficinas, la universidad, los colegios, las tabernas y en cualquier rincón de la sociedad española. Los curas no interesan. Para nada.

Dicen esos expertos que ello tiene que ver con la simbiosis que hubo entre lo "nacional" y el "catolicismo" hace más de ochenta años

Lo curioso es que la históricamente "católica España" lleva lustros desenganchando su vida de las propuestas (palabras, no hechos) eclesiásticas romanas. Dicen esos expertos que ello tiene que ver con la simbiosis que hubo entre lo "nacional" y el "catolicismo" hace más de ochenta años y posteriores. No lo creo. Las nuevas generaciones —las más alejadas de los cirios y el incienso— no saben nada de aquello y ni siquiera pierden un minuto en la crítica a los sacristanes. Creo que tiene que ver más con predicar y no dar trigo.

Alguien me dirá que siempre vuelvo al mismo sembrado pero es que, oiga, es la verdad. Todo el mundo con un mínimo de información sobre la Conferencia Episcopal sabe lo que allí ocurre y ese interés de la Iglesia por la pasta y la X es altamente sospechosa, aunque el famoso dicho "vives como un cura" tampoco se compadezca con la realidad.

Foto: Manifestantes durante una marcha organizada por grupos de ultraderecha en Varsovia, Polonia. (Reuters)

Gran parte de la desafección en España tiene que ver con los medios de comunicación propiedad de la Iglesia y hace demasiado tiempo en manos de Fernando Giménez Barriocanal, un contable que se cree Walter Cronkite. Y sus apesebrados Julián Velasco y otro campeón en el juego de golf pasando por su amigo íntimo, Pedro Antonio Martín Marín, que creo recordar el juez le investiga por la consabida Púnica después de que González y su hermano le acusaran de pillar port odo.

En definitiva, gente que se sirve de la Iglesia para sus intereses. Y no hay más que añadir.

Casi un siglo después de aquella famosa sentencia de Manuel Azaña cuando era ministro de la Guerra en el gobierno de la II República ("Hoy España ha dejado de ser católica") cobra justeza el aserto.

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