Los pistachos iraníes dan para mucho

Nos enteramos la pasada semana que Vox, mejor dicho, el que fuera uno de sus dirigentes en su etapa fundacional, Alejo Vidal Cuadras (catorce años en la gran mamandurria europea PP) recibió más de 800.000 euros del ala de una serie de empresarios iraníes que, dice el perceptor, se encuentran en el exilio combatiendo a los ayatolás del difunto Alí Jamenei.

Sorprende poderosamente el supremo interés de los iraníes en las cosas de España. Porque parece demostrado que los actuales guardianes de la revolución islámica de aquel país financiaron y todavía financian —¡a título personal, faltaría más!— a Pablo Iglesias y su decaída revolución populista española.

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Agencias

Esto por lo que respecta a los que controlan ahora y desde hace ya décadas el país del petróleo y de los pistachos. Otros, los que se fueron ¿o no?, decidieron entregar dinero a los de Vox para que, a su vez, combatieron en España a los amigos de sus enemigos.

¡Menudo chollo! Todo esto olvidando que la legislación europea —creo que también la ley de partidos en España— prohíbe a cualquier formación política recibir apoyos económicos de potencias extranjeras. Trincan la pasta, se fuman un puro, hay un pequeño escándalo mediático y a otra cosa mariposa.

Trincan la pasta, se fuman un puro, hay un pequeño escándalo mediático y a otra cosa mariposa

Alguien ha tabulado estos días un cuadro reflejando las concomitancias entre Podemos y Vox que existen y que fundamentalmente se acreditaría con un cierto sopor respecto a la Unión Europea y el futuro común continental. Ahora sabemos que parte de su dinero viene de aquella potencia con turbante que no deja de ser turbador.

Estos, dicen, son los que vienen a salvarnos.